Un tipo de pintada que puede crear escuela

26 Jun

En la calle Esperanza un anónimo grafitero saluda a una anónima Gordi a lo largo de unos cuantos metros de calle, tras pintar el saludo en el suelo.
Que no cunda el ejemplo.

Aseguran algunos historiadores, y no es broma, que a Julio César el privilegio de lucir una corona de laurel en los actos públicos le complacía enormemente porque así podía disimular su galopante calvicie, así que no dudó en lucirla siempre que tuvo ocasión.

Da la impresión de que la corona se abriría paso en mitad de la selva capilar a modo de gran coso taurino, al estilo de la calvicie que exhibe el periodista Pedro J. Ramírez y muchos hijos de vecino, y no en forma de ola que arrasa el flequillo, pese a lo que muestren supuestas esculturas que representan al romano.

La corona de laurel para disimular la caída del cabello coronaba -valga la redundancia- sus victorias en los campos de batalla galos.

Se sabe que los triunfos de los generales de Roma se celebraban con mucha más algarabía que la Noche en Blanco y que incluían la exhibición de lemas victoriosos (ahí está el Veni, vidi, vici de Julio César) del tamaño de las letras de Hollywood.

Cierto aroma a toda esta parafernalia, aunque sin corona de laurel por medio, puede apreciarse en la calle Esperanza, la que iba a acoger las fallidas tecnocasas de la Junta de Andalucía y que hoy acoge una plaza vecinal para actividades culturales y, en ocasiones, también un espacio para el esparcimiento de los perros, lo que ha provocado la protesta de algunos vecinos.

La calle Esperanza, que comunica la calle de la Victoria con Lagunillas, ha sido la elegida por una persona bastante tocada por las flechas del amor o al menos de la gratitud (da la impresión) para realizar en el suelo una pintada king-size que habría sido la envidia de Julio César, Pompeyo y cualquier militar del Mundo Antiguo con un poco de ambición.

La pintada en cuestión reza Buenos días Gordi y además de un claro saludo a la persona en cuestión, bien puede convertirse en un modelo a seguir por nuestros grafiteros y otros colectivos como los artistas que trajinan fuera de la ley.

A este respecto, imaginen que en vísperas del Festival de Cine en Español de Málaga, cuando está a punto de colocarse la alfombra roja, la calle Larios amaneciera con una hilera de mosaicos del vándalo Invader incrustados en los adoquines, con pasajes de películas debidamente pixelados. Eso sí, una vez concluido el certamen habría que levantar la calle para retirarlos.

La modalidad que nos alumbra el anónimo autor que saluda de forma tan efectiva a la anónima Gordi es, además, menos arriesgada que la pintada en vertical como la del nombre de Mónica, que durante años lució la chimenea de Los Guindos.

Por todo ello y como podría cundir el ejemplo y así alfombrarse las calles de Málaga con las ocurrencias y desvaríos de cualquiera, aquí va la dirección para brigada de limpieza: calle Esperanza, casi esquina con calle de la Victoria. A mandar.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.