Crucemos los dedos para que los expertos descarten para siempre levantar el macrohospital en los terrenos del Materno. Mandaría al traste un jardín de árboles centenarios, varios equipamientos y pondría en un brete a importantes colectivos sociales.
La distancia que existe entre un plano y la realidad es a veces sideral. Sin ir más lejos, el plano oficial de Málaga que puede consultarse en la web del callejero municipal pinta los terrenos adyacentes del Hospital Materno de color naranja pálido, así que quien se adentre por los actuales terrenos de La Noria, la antigua Casa Cuna, quizás no se espere el caudal de verde intenso que le aguarda dentro.
La pasada semana, acompañado por el exdelegado de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Ignacio Trillo, el autor de estas líneas se dio una vuelta por estos preciosos terrenos de unos 37.000 metros cuadrados, en los que decenas de expertos -algunos de los cuales no es improbable que jamás los hayan hollado-mantienen la opción de levantar el tercer hospital de Málaga .
Basta pasear por esta zona verde de la Diputación, observar la frondosidad de sus paseos y conocer los equipamientos y colectivos que alberga para calibrar la insensatez que, en 2018, supone el que se aún se considere parcela candidata a un macrohospital… con la propina de una macroaparcamiento que mandaría todo al traste.
Porque resulta inconcebible plantearse siquiera el arrasar con unos jardines con ficus que superan el siglo, palmeras washingtonias, higueras y árboles de muchos tipos que conforman el lugar de esparcimiento y pulmón verde (disculpen la manida expresión) que necesita el vecino Materno y el entorno.
Es tal la frondosidad, que aquí vive de forma permanente una pareja de búhos reales que cada noche bebe de la fuente vecina de La Noria. El espacio, tan sugerente y bonito, es usado a diario por enfermos del psiquiátrico para tomarse un refresco al aire libre.
Y luego estaría el problema de los equipamientos que tendrían que buscarse nueva casa. El centro de La Noria, incubadora de empresas, invita durante el año a miles de niños de pueblos de menos de 20.000 habitantes a dormir en sus instalaciones. También se encuentra, por la vecindad con el Materno, la Fundación Luis Olivares, mientras que la Casa Ronald McDonald, construida hace pocos años, alberga a familias de niños en tratamiento oncológico.
En los terrenos de La Noria se encuentra además el centro psicopedagógico Virgen de la Esperanza, que atiende a discapacitados gravemente afectados, así como el centro internacional María Montessori. Y está por ver si no tendría que hacer también las malestas el Colegio Público José Moreno Villa.
Como se ve, un verdadero despropósito desde el punto de visto ecológico y social. Hace una semana, la Junta y el Ayuntamiento volvían a plantear la posibilidad de construir enfrente, en el parking del Civil, porque Francisco de la Torre alertaba de los muchos inconvenientes de construir junto al Materno.
Aunque a juicio de un servidor los problemas de tráfico serían igual de graves, crucemos los dedos para que todos se olviden de la parcela del Materno. Ánimo.