El paseo paralelo a la avenida de La Rosaleda que conduce al Colegio de La Goleta ha sido embellecido por el Ampa del centro con un mural que es un alegato de la lectura desde niños.
Los agoreros a quienes las nuevas tecnologías producen sarpullidos y el agrietamiento facial prevén un futuro en el que el españolito medio tendrá la capacidad de expresión y el vocabulario del parlamentario Gabriel Rufián.
Este futuro tan parco se deberá, advierten, a unas generaciones criadas con paletadas de imágenes frente a una escueta ración de letras, mayormente whatsapps de la vida cotidiana, a años luz de lecturas más nutritivas.
El poeta Luis Alberto de Cuenca, espléndido director en su tiempo de la Biblioteca Nacional, asegura que en España subsisten unos pocos miles de lectores, así que el resto se limitaría a juntar letras de higos a brevas y a comprobar si los dos palitos se ponen azules en la pantalla.
Frente a este futuro que es un poco más colorido que el que se anuncia en la novela Fahrenheit 451, la esperanza se encuentra al pie de la calle, en concreto, en el pasillo paralelo a la avenida de la Rosaleda que conduce al Colegio de La Goleta.
En este espacio, la asociación de padres y madres del colegio tuvo el acierto hace unos años de llenarlo de color y de ofrecer un precioso alegato en el que reivindicaba la lectura.
Se trata de un proyecto municipal (Escuela de ciudadanía) cofinanciado por la Unión Europea que ha permitido volcar en la blanca pared personajes de los cuentos infantiles y los libros que pueden fascinar a un niño.
Y hay detalles muy bonitos, como la transformación de una gris puerta metálica, que seguramente albergue algún cachivache eléctrico, en un espacio lleno de esperanza con la mera colocación en el dintel del letrerito Biblioteca.
En este mural hay, claro, ratones de biblioteca, aparece Harry Potter con sus dos inseparables amigos; Pinocho saluda escoltado por Pepito Grillo y hasta hay hueco para una pareja de cavernícolas que parece haber dado con la clave para plasmar sus gestas en la cueva y de paso, transmitir mensajes que durarán para siempre.
Hay también sitio para más artistas: está Frida Kahlo con este bonito mensaje: «Pinto flores para que así no mueran».
Pero sobre todo, en este pasillo abundan los buenos libros, títulos que invitan a abrir la versión real, porque junto con libros de texto de las diferentes asignaturas encontramos lo mejorcito de la literatura infantil y juvenil de todos los tiempos, y hay que felicitar al responsable del diseño por su estupenda selección: El mago de Oz, El soldadito de plomo, Momo, El Principito, Don Quijote de la Mancha, La historia interminable, Matilda, La sirenita, La vuelta al mundo en 80 días, El Lazarillo de Tormes, Cenicienta y las obras de Gloria Fuertes y Antonio Machado, entre otras. Libros que te enriquecen la vida y que dejan los dos palitos azules para el baúl de los recuerdos… al menos por una temporada.