La Academia Malagueña de Ciencias publica un tríptico con recomendaciones ante el imparable cambio climático: más zonas verdes y un urbanismo adaptado a los nuevos tiempos, dos de los principales consejos.
No hay que ir a la irregular película Waterworld, en la que Kevin Costner va vestido como Rambo, pero empapao, para imaginar un mundo cubierto por las aguas. Acaba de salir la novela de un sudafricano con nombre de coronel escocés en la India, (Alastair Bruce) Marcas en la pared, que elucubra sobre un planeta en el que sea harto complicado secar la ropa. La novela, que ya fue reseñada en el suplemento de libros de este periódico, es, faltaría más, profunda y resbaladiza como una alberca.
Todo esto viene a cuento porque estas líneas están escritas ayer al alba, que sólo traía nubes grises y la caída vertical del agua. Pese a que la Aemet pronosticaba que el fenómeno cesaría a las 9, también señalaba que regresaría a las horas más inoportunas de la jornada. Y para hoy viernes, la ración de lluvia que no falte.
Los amantes de las películas de catástrofes pueden consultar el informe que el Observatorio del Medio Ambiente Urbano -los despachos más envidiados de Málaga, con vistas al mar y junto al Parque del Morlaco- realizó hace unos años sobre las previsiones más negras del cambio climático. Comprobarán que, antes de que Rajoy despierte de su sopor y Puigdemont de su complejo de profeta Elías, la situación se habrá vuelto preocupante. El OMAU dibuja las zonas presuntamente inundables -en caso de que políticos con mobiliario de Ikea por cerebro sigan negando el cambio climático- y muchos malagueños tendrán serios problemas con los sótanos de sus casas en primera línea de playa, y puede que también las primeras plantas de los bloques.
En la línea de la prevención, la Academia Malagueña de Ciencias acaba de presentar esta semana un tríptico con recomendaciones para poner freno, en la medida de lo posible, a este fenómeno real pese a los merluzos que lo niegan. Con el título de El Cambio Global en Málaga, los académicos analizan la situación actual de subida de las temperaturas, bajada del nivel de los manantiales, la desaparición de humedales y la invasión urbanística del litoral.
Ante el cambio global, los expertos proponen entre otras medidas más zonas verdes, más energías renovables y planeamientos territoriales y urbanísticos adaptados a lo que se nos viene encima. Al hilo de esta recomendación, La Opinión recogió hace una semana la preocupación expresada en un reciente foro de la ONU sobre cambio climático celebrada en Málaga, acerca del emplazamiento del futuro hotel del puerto.
Pero en esto de los expertos frente a la opinión de los políticos, necesitamos representantes públicos que, resumiendo, no se hagan fotos delante de la Torre Trump de Manhattan ni se queden obnubilados ante la altura de los edificios cuando visiten Nueva York, porque si no, aprobarán cualquier cosa que les huela a hito rascacielero y a inversión, sin sopesar poco más. Vamos camino de Waterworld y ellos, como quien oye llover.