El Puerto de Málaga presentó hace unos dísa un estupendo cómic sobre la Historia de Málaga y su Puerto, con las ilustraciones de Juan de Aragón.
El paleontólogo Juan Luis Arsuaga suele recordar que estamos de paso y que cuando criemos malvas junto al siguiente centenar de generaciones, las piedras seguirán ahí, con más pertinacia que el dinosaurio de Monterroso.
Resulta consolador pensar en que, en futuros siglos, el Monte Coronado, el Cerro de la Tortuga y el Monte San Antón seguirán marcando el perfil de Málaga, puede que con otros nombres, como le ha pasado al Monte de la Victoria, que según la época, ha sido conocido también como el de San Cristóbal y de las Tres Letras. Confiemos en que, por entonces, alguien habrá rehabilitado de una forma más certera la torre del Atabal.
El transcurrir de los siglos en apenas unas páginas es lo que ha logrado el tebeo Puerto y Ciudad. Bicentenario de la Farola, que acaba de editar el Puerto de Málaga.
Con las ilustraciones de líneas claras y geométricas de Juan de Aragón, y el asesoramiento de los académicos de la Historia Francisco Cabrera y Manuel Olmedo, el cómic realiza un repaso milenario a nuestra Historia, desde el Paleolítico a nuestros días y… más allá, porque la obra admite no saber lo que deparará la tecnología portuaria del futuro y dibuja una grúa andante, mucho más ágil que los gigantescos AT-AT de El imperio contraataca (y de la insoportable El último jedi), así como un barrio de la Malagueta que ha dejado atrás las churriguerescas torres de los 70 y las ha trocado por rascacielos punteros.
Pero lo mejor de este viaje en el tiempo es la recreación de los lugares perdidos: la península-poblado que construyeron los fenicios, el Castillo de los Genoveses donde hoy se encuentra la Plaza de la Marina y en el mismo sitio, el Torreón del Obispo; la preciosa batería de San Felipe, casi un fortín de juguete que protegía la zona este del Puerto en el actual Paseo de la Farola; el Castillo de San Lorenzo, al final de la actual Alameda Principal o la playa que se extendía delante de Puerta del Mar…
Por recoger, recoge hasta la estupenda broma que en 1911 ofreció La Unión Ilustrada tal día como hoy, el de los Inocentes, con la noticia y gran foto en portada de que la Farola había sido destruida por huracán. El bombazo informativo provocó que muchos malagueños acudieran a comprobar los daños y descubrieran el primer montaje fotográfico de sus vidas.
La contraportada, por cierto, nos muestra al autor de la Farola, el ingeniero coruñés Joaquín María Pery, con su creación en la mano. Como a Bernardo de Gálvez, después de un par de siglos de olvido parece que también llegó la hora de reivindicar y poner en su sitio su figura.
Confiemos en que, muy pronto, el Museo de la Farola sea una realidad y que el hermano mayor, ese agresivo proyecto de hotel casino se quede en agua de borrajas y no desgracie este bicentenario y querido invento.