El Ayuntamiento completará y repondrá el busto en mármol al pintor malagueño en los Jardines de Puerta Oscura, descabezado en 2012.
Los estragos de la Revolución Francesa, en la que un número excesivo de personas terminó como la calavera que portaba Hamlet, también pueden reproducirse en el mundo artístico si se cuenta con los borricos adecuados.
Es lo que pasó hacia 2012 con el busto de mármol del pintor José Moreno Carbonero, en los Jardines de Puerta Oscura. Un mulo anónimo le seccionó la cabeza de alguna arremetida intelectual y en estos años, pese a que se realizó una batida municipal en la zona, nadie ha podido localizarla así que quizás se encuentre en casa del agresor zopenco.
Hay que precisar que uno o varios cabestros, en anteriores ocasiones, ya habían descargado su furia contra la obra, de ahí que perdiera orejas y nariz. También hay que tener ganas de cocear un trozo de mármol.
Se trata de la copia de un original en bronce de Mariano Benlliure, realizado por Alonso Jiménez hacia 1958. El original fue un regalo del famoso escultor valenciano a la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, aunque también conserva nuestra ciudad la versión en escayola, que durante años se encontraba en el despacho del alcalde y en la actualidad se ecuentra en el almacén municipal de la Alcazaba.
El Consistorio, a su vez, conserva lo que queda de la obra de mármol, es decir, del cuello para abajo. Como la cabeza no aparecía y sobresalía del busto un pincho de hierro, se retiró todo el excedente artístico, se eliminó el pincho en cuestión y en nuestros días todo el que suba a Puerta Oscura se topará con la escueta peana de la obra, en la que puede leerse el nombre del artista malagueño y su paso por este mundo (1860-1942).
Ni que decir tiene que también la peana ha tenido sus años de penitencia con algunas letras de menos en el nombre y apellidos del artista.
Como ha pasado el tiempo y de la parte descabezada no hay ni rastro, fuentes municipales informaron la semana pasada a esta sección de que se va a aprovechar la versión de escayola para sacar una copia idéntica de la cabeza, con el fin de incorporarla al resto del busto de mármol.
En todo caso, la idea es que esta obra recompuesta puede exhibirse en el Museo del Patrimonio Municipal, mientras que a su vez, se haría una segunda copia idéntica, también de mármol, para que regrese a los Jardines de Puerta Oscura con todos los honores.
El deseo subyacente de muchas obras artísticas, sobre todo de las esculturas públicas, es que aleccionen, homenajeen o recuerden a personajes o hechos memorables. Luego llega el cenutrio de turno y de una patada echa por tierra todo el simbolismo.
Ahora, nuestro Ayuntamiento quiere darle una segunda vida al castigado busto de José Moreno Carbonero. Como se suele decir en estos casos: a ver lo que dura. Suerte.