El Santuario de la Victoria sigue la estela minimalista del Museo de la Aduana y para las visitas abre lo justito y solo de mañana.
Ya hemos hablado en esta sección de que el recién inaugurado Museo de la Aduana ha supuesto un jarro de agua fría en lo que a disponibilidad para el público se refiere. Ha sido afrontar el primer verano y nos ha salido con un horario escandinavo, digno del más duro invierno en Laponia, cuando a las tres de la tarde uno ya no sabe si está almorzando o cenando y es mejor no salir de casa y, si no hay más remedio, que sea con gorra, bufanda y linterna.
Si la gestión cultural de la Junta de Andalucía supone cerrar la Aduana todas las tardes de la temporada alta en Málaga, sería mucho más provechoso para la ciudad que el museo lo gestionara una cooperativa de licenciados en Bellas Artes porque le pondría más ganas.
Como se ve, en la administración autonómica siempre es época de melones; en todo caso, no estaría mal que los máximos responsables del desaguisado abandonaran la sede de la Consejería de Cultura en Sevilla por unas horas y, si es posible este mismo mes, se dieran una vuelta por nuestra ciudad para que cayeran en la cuenta del despropósito.
Pero no sólo la Junta se muestra poco ágil en lo que respecta a la gestión cultural y la vida turistica en Málaga. El pasado domingo, en un reportaje muy bonito, este diario se paseaba por el poco conocido Santuario de la Victoria, una joya en mitad de la ciudad, pagada de su bolsillo a finales del XVII por el Conde de Buenavista, que para eso está enterrado allí, en una cripta que es una fastuosa meditación sobre la muerte, algo muy típico del Barroco y de Woody Allen.
La pena es que las personas que quieran visitar el Santuario y conocer la cripta, el camarín y el museo sólo cuentan, desde hace poco, con un tramo de dos horas y media: de lunes a viernes de 10 a12.30, y la última visita es a las 12.15.
Con anterioridad, el Santuario de la Victoria se podía visitar de lunes a sábado en un horario más amplio, también por las tardes. Y en este caso, además, no solo hablamos del verano, como ocurre con el Museo de la Aduana, sino que todo el año ofrece el mismo y escueto horario.
¿Cómo se va a dar a conocer más el Santuario de la ciudad con un horario tan poco generoso? Ojalá que el Obispado de Málaga rectifique pronto. En cuanto a la Junta de Andalucía y su cuestionable gestión de la Aduana, siempre queda la esperanza de que los melones, como manda la tradición, terminen madurando. Ánimo.
Hasta la vuelta
El autor de estas líneas se acoge a partir de mañana a la veterana conquista laboral de las vacaciones y a la fascinante sensación de desterrar el móvil en un cajón durante unas cuantas semanas (sí, se puede).
Servidor volverá a esta sección el sábado, 16 de septiembre. Que tengan un buen verano.
La Casa de Gerald Brenan en el Distrito de Churriana es otro caso de pésimo horario :
Miércoles, jueves y viernes de 16.00 a 21.00h.
Viernes de 11.00 a 14.00 y de 16.00 a 21.00