Desde 2008 persiste en la calle Orfila un bloque casi concluido, sin licencia municipal y con el entorno vallado, que incluye parte del jardín dedicado a la Hermana Sabina, monja del Cottolengo.
La pasada semana los vecinos de la calle Orfila, junto al Parque de Huelin, se lamentaban de la prolongada vecindad (ya va para 30 años) de un solar privado en la calle Ferrería de Heredia de incierto futuro porque, para empezar, el Ayuntamiento, a finales del año pasado, había informado a este diario de que perteneció a una aristócrata y tenía dificultad para localizar a sus herederos.
Los vecinos denunciaron además que la grúa se encargaba de dejar por un tiempo -quizás para que maceraran- los coches abandonados, que estaban siendo ocupados por un grupo de indigentes, muchos de ellos menores de edad, que se dedicaban a dormir en el interior y, de paso, a apedrear los coches aparcados en la zona.
El Consistorio, a través del gerente de Smassa, Raúl López, desmintió que los coches los dejara la grúa municipal. Habrá que pensar en que la zona es un imán para los conductores que quieren desprenderse de su vehículo y al mismo tiempo, hacerlo lejos de miradas indiscretas, lo que agrava el problema.
Pero en la calle Orfila no sólo existe este escollo, literalmente, a la vuelta de la esquina, junto a las últimas casas de El Bulto. Como alguna vez hemos publicado, los vecinos critican el estado en el que se encuentra un bloque, el número 12 de la calle Orfila que está en un auténtico limbo urbanístico que, como el perro del hortelano, ni come ni deja comer.
De hecho, el problema está adquiriendo veteranía, pues hace cuatro años que los vecinos criticaron en estas páginas la situación de abandono del edificio, casi terminado pero compuesto y sin novio por no tener licencia municipal, pues sus perpetradores edificaron más de lo permitido, en este caso, el vuelo de la terraza.
Desde el punto de vista legal está muy bien eso de parar los excesos, visto el panorama de caos urbanístico del que disfruta nuestra ciudad, en especial en los años 60-70 y como resultado del último boom de la construcción. Desde el punto de vista de los vecinos, el bloque permanece con el entorno vallado, con vigilancia y contando alúas desde su paralización en 2008.
Por lo menos, han conseguido que las vallas retrocedan unos metros y no invadan la acera pero ahí está, en una estampa surralista, parte de una zona verde vallada. Se trata de un lateral del bloque, con un mosaico municipal y de la Asociación de Amigos del Sagrado Corazón con el rostro de una admirada religiosa del vecino Cottolengo, que informa de que estamos frente al Jardín de la Hermana Sabina, aunque desde luego esta parte sólo se pueda mirar de lejos.
En 2018 se cumplirá una década del vallado provisional. El Ayuntamiento ya informó en 2013 que la promoción de viviendas estaba en concurso de acreedores. O mucho cambia o los diez años se cumplirán y proseguirán este limbo hecho bloque y el jardín a distancia.
¿Por qué le costará tanto a nuestros políticos -todos- «ponerse las pilas» y acabar de una… vez con la casa de «Tócame Roque» en la que se está convirtiendo Málaga? Ahora del señor De la Torre ha tenido la «ocurrencia» de tratar el tema de la subida del canon en el abastecimiento de agua ¡en plena Feria! y, por lo visto, la oposición ni está ni se le espera. …Y luego se queja la señora Porras -es su apellido, no una coña- de que la oposición se dedique a obstaculizar la concesión de medallas a cristos y cofradías.