Sin protección arquitectónica en el PGOU, las poquísimas viviendas originales de los pescadores del Palo, conocidas como las protegidas, entregadas entre 1946 y 1954, bien pueden acabar desapareciendo pronto.
La calle Danvila y Collado, en realidad una placita en el corazón del Palo, recuerda a uno de los ministros más fugaces de todos los tiempos, el valenciano Manuel Danvila y Collado, que ocupó (es un decir) la cartera de Gobernación durante solo 13 días de 1892 (efectivos, 11), a causa de la caída del Gobierno de Cánovas del Castillo. Sin embargo, al fallecer en Málaga, tuvo hueco en nuestro callejero.
En esta placita se encuentra el centro de servicios sociales del distrito Este, así como una modesta vivienda que hace esquina con la calle Practicante Fernández Alcolea y que con los años, ha ido ganando en decrepitud, pese al interés histórico que ya tiene.
Porque se trata de una de las escasísimas casas supervivientes originales de las llamadas viviendas protegidas del Palo, construidas para las familias de modestos pescadores del barrio.
Las casas, más de 200, se entregaron en varias fases: 1944, 1946, 1948 y 1954. Se trató de un plan de casas baratas ideado por quien había sido gobernador civil de Málaga, José Luis Arrese.
Como particularidad, muchas de las casas contaban con un patio y unas columnas sin soporte alguno que las hacían muy características. Como explica Manuel López, investigador paleño, los pescadores solían utilizar el suelo de este patio para coser las redes y aprovechaban la «arquitectura aérea» para secar las redes, aunque no fuera una estampa habitual y se hiciera más en las casas de la playa.
El caso es que el paso del tiempo ha ido transformando las viviendas hasta hacer casi irreconocible el modelo original: Nuevas plantas, azulejos y la incorporación y techado de estas columnas, o en muchos casos, su supresión, han dejado muy pocos ejemplos de las casas tal y como lucían en los años 40 y 50.
Y menos que quedarán con nuestro paupérrimo, rácano y pelín clasista catálogo de edificios protegidos del PGOU, poco amigo de proteger la arquitectura popular, como no sea en su conjunto, si se trata de barrios enteros.
De hecho, el actual plan general califica las viviendas protegidas del Palo como colonia y edificación tradicional popular, pero la normativa se limita a dar unas pautas de edificabilidad, alineaciones y poco más, sin entrar en la cuestión de la protección arquitectónica.
Se entiende que no exista una protección de conjunto -como sí tiene la Colonia de Santa Inés o la barriada de Girón- al quedar tan pocas viviendas originales, por eso la solución sería la protección individual de las poquísimas que quedan en pie (la más próxima a la que está de capa caída, al otro lado de la manzana).
Ángel Sánchez Blanco, académico de Ciencias y catedrático de Derecho Administrativo de la UMA, que alertó a esta sección hace unos días de la situación, aboga porque no desaparezcan estas preciosas viviendas, un trozo de la historia urbanística de Málaga. Sin protección las terminaremos perdiendo todas.