De la ausencia administrativa de luces

5 Jul

El Museo de Málaga cierra por las tardes en plena temporada alta mientras continúa sin colocar un cartelito en el portón que asoma a la calle Císter que informe de que la entrada es por la otra puerta.

Ayer, La Opinión informaba del enfado de los vecinos del Chaparral, un barrio del Puerto de la Torre que durante décadas ha contado con una senda campo a través, mientras que los que iban en coche o buscaban un sitio más estable para caminar debían optar por el Camino de Orozco, una calle de doble sentido, sin aceras y que los vecinos tuvieron que asfaltar de su bolsillo hace casi veinte años.

El enfado viene porque hace tres meses y medio que la senda campo a través se ha convertido en la calle Galaxia. Terminaron las obras, pero no se inaugura porque falta el permiso de iluminación de Urbanismo. Tenemos aquí un claro caso de falta administrativa de luces. Y mientras, los vecinos llevan cerca de 16 meses con la calle lista pero sin poder usarla oficialmente.

No es este el único ejemplo de ausencia de luces. Las estaciones pasan, la temporada turística llega a su punto más alto y como algunos lectores se habrán percatado, el Museo de Málaga sigue en la inopia en dos asuntos.

El primero de ellos no le compete directamente, sino a los sabios gestores que rigen el Turismo y la Cultura en Andalucía. Como saben, la política hispana está estructurada de tal forma que los puestos más altos los ocupan verdaderos oráculos de Delfos que se han pasado décadas formándose en un área determinada y que por tanto conocen al dedillo lo que gestionan.

Lástima que haya tantas excepciones, porque, por el actual sistema de cargos nómadas, un día está al frente de la Sanidad alguien que ha estudiado Derecho; mañana a cargo de las Infraestructuras un estomatólogo y pasado, de Cultura, alguien con etéreos conocimientos de Historia y Latín.

Eso quizás explique la inexplicable decisión de que en verano cierre por las tardes la mayoría de museos gestionados por la Junta. Al menos en Málaga, un medida de este tipo es, sencillamente, una exhibición de ignorancia. Cerrar el Museo de Málaga las tardes de la temporada alta es no entender cómo funciona una ciudad que vive del Turismo. Si el informe Pisa se extendiera entre algunos puestos a dedo… la media española se derrumbaría como la torre.

El segundo asunto, como algunos de ustedes conocen, es una cuestión de falta de lógica que, uno intuye, posiblemente tendrá que ver con alguna norma absurda que impide que triunfe el sentido común.

Como saben, la entrada más visible de la Aduana es la que asoma a la plaza, la que da a la calle Císter. Dado que los turistas no tienen por qué saber que existe otra entrada, servidor ha visto ya varias veces cómo se dan la vuelta en calle Císter, al ver la puerta cerrada.

Así que por alguna ignota razón, en este museo que ha costado 40 millones de euros nadie ha colocado aún un cartel que diga: «Entrada por la otra puerta» o una mera flecha con la leyenda «entrada» en español e inglés.

Eso sí, al portón cerrado no le falta un escudo bien grande de la Junta. Qué país…

Una respuesta a «De la ausencia administrativa de luces»

  1. Los «altos cargos», colocados a dedo por la Virreina del Sur, deben tener menos luces que una patera, y no solo en el tema del museo. No hay que ser un turista para llevarse una «plancha» al intentar visitar «la joya de la corona» museística malagueña; quien esto escribe, ignorante de los altos designios de la Junta, ha tenido que desistir de visitarlo en varias ocasiones al ver el portón central -y contra toda lógica- cerrado a cal y canto. ¿Hacen falta tantos «premios Nobel» para, como se dice vulgarmente, meter la pata hasta el corvejón?

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