Junto a la plaza de la Niña de los Peines y la calle Árbol Blanco en Churriana, un solar repleto de flores, futuro equipamiento social, ofrece el constante ir y venir de los aviones.
Ayer hablábamos de la incomodidad manifiesta que depara un modelo de banco que hay en un parquecito de la calle Torremolinos de Churriana, una suerte de parrilla metálica que se te clava en el culo y la espalda, por lo que no puedes permanecer mucho tiempo sentado, a no ser que oposites a fakir o quieras cumplir algún tipo de promesa.
Seguimos hoy en este antiguo pueblo, anexionado a Málaga en 1905, porque no todo van a ser penas, por eso, además del mirador maravilloso con el que cuenta en la mencionada calle, tiene también un mirador natural que hoy es un solar florecido a espaldas de la moderna biblioteca pública José Moreno Villa, en la calle Maestro Vert.
Según el PGOU, la parcela en cuestión está destinada a convertirse en algún tipo de equipamiento. Sea cual sea, y en el barrio se habla de un posible centro de mayores, ojalá tenga grandes ventanales para ofrecer unas vistas envidiables del trajín del aeropuerto de Málaga, con los aviones que, ahora mismo, parece que salen por los aires de los matojos de flores de este rincón.
Entre la biblioteca y esta parcela hay un jardincito, la plaza de la Niña de los Peines, presidido por falsas acacias o robinias, con sus racimos de flores blancas, esas que en el pasado comían los niños de Málaga.
Cuenta el parquecito con algunos brachichiton de poco valor y chorisias de troncos hinchados de alegría, pues el emplazamiento lo merece. Lástima que la zona verde esté presidida por la ausencia de un parque infantil, pues en el centro el paseante se encuentra con un espacio vallado que, en el pasado, debió de tener columpios y chorraeras.
Lo curioso es que la calle lateral que comunica biblioteca, parque y solar tiene también un nombre muy bonito: calle Árbol Blanco. No aparece en la Enciclopedia del Callejero Malagueño, que con tanta paciencia confeccionó Domingo Mérida, así que no se sabe si fue antes el huevo o la gallina;si el Ayuntamiento dedicó esta calle porque se la tenía que dedicar al árbol blanco o si se trata de un nombre antiguo relacionado con algún árbol blanco (¿un álamo?) que hubiera en la zona.
Por otro lado, no parece que en el Consistorio haya pesado el criterio de algún loco por la obra de Tolkien , pues el escritor británico plantó algún árbol blanco en su Tierra Media…
Y en cuanto a este mirador virgen, todavía sin barandillas, suelo de mármol ni bancos, tiene una parte central de chinos y hacen de barandillas unos frondosos ramilletes de flores que rodean la parcela e impiden cualquier tipo de despeñamiento, al menos el involuntario.
Es un balcón perfecto para contemplar el ir y venir de los aviones del aeropuerto, con los Montes de Málaga de fondo y las florituras que nos regala la primavera. Muy recomendable. Eso sí, vista al suelo de vez en cuando. Los perros obran y a veces obras no son amores.
Podría relatar mil y un lugares de Churriana, desde su abandonada Fuente del Rey,su parcela también florecida (donde está proyectado un polideportivo) ,la antigua estación de tren,abandonada como el parque que la rodea.
Gracias por dedicar unas frases a la abandonada Churriana.
Saludos.