Sin el incordio que suponen los paneles expositores en la calle Larios y la calle Alcazabilla, en el Muelle Uno, junto al Pompidou, se muestra estos días una impactante exposición fotográfica sobre los refugiados.
Málaga, como cualquier otra ciudad del mundo, salvo las de Corea del Norte, va por ciclos. Así que, si hubo un tiempo legendario en el que quienes salían a correr con pantalón corto recibían la burla del respetable porque consideraban que la indumentaria era tan absurda como el propósito de lucirla, ahora apenas hay un fin de semana sin un maratón o una carrera popular, sobre todo con la llegada del buen tiempo. Los malagueños se han echado a correr porque les va la salud en ello.
Ha ocurrido lo mismo con las exposiciones al aire libre en forma de paneles. Comenzaron de forma aislada, llamaron la atención en calle Larios con el despliegue publicitario del Festival de Cine Español y otros eventos pero han proliferado tanto que pronto vendrá un año en el que, durante los 365 días, tendremos paneles en distintos puntos de la ciudad.
Y lo cierto es que, hablando en plata, en la calle Larios suelen ser un incordio. Al tratarse de la calle más transitada de la ciudad, todo lo que sea ponerle puertas al campo resulta farragoso y los peatones, muchas veces, tienen que realizar eslalóm de obstáculos en la vía pública.
En la calle Alcazabilla, por otra parte, el despliegue de paneles destroza la visión del principal conjunto monumental de la ciudad. Se instalen donde se instalen, la mayoría de las veces acaban con la perspectiva de la Alcazaba y el Teatro Romano. Pero esto es algo que no parece preocupar mucho a las mismas administraciones que dan el visto bueno, encantadas, al hotel del puerto que, si nadie lo remedia, será el principal icono visual de la ciudad desde el mar por la gracia de unos políticos acomplejados y fascinados, a partes iguales, con los edificios presuntamente emblemáticos.
Pero lo cierto es que hay un sitio en el que este tipo de paneles expositivos no estorba demasiado al viandante y por la presencia anterior de módulos para bares, la interrupción de las vistas no supone un problema.
Se trata de la explanada vecina del Centro Pompidou, donde hace unos días se inauguró una impresionante exposición de fotoperiodismo sobre los refugiados.
Las personas que tengan reticencias sobre este drama, aquellas que se dejan llevar por los tópicos y no recuerdan que miles de españoles pasaron por la misma tragedia el siglo pasado, quizás se topen con otro esclarecedor punto de vista si visitan esta muestra, Caminos de Exilio, del Institut Français, realizada por fotógrafos de España, Francia, Siria y Grecia.
Pasear por este laberinto de paneles, constatar el contraste entre los dramas expuestos con maestría en cada foto y la bonanza del entorno, hacen reflexionar a cualquiera.
Un recorrido por Grecia, Siria, las costas españolas o los Balcanes de la mano de seres humanos. Y en paneles que no bloquean todo lo que pisan.
Totalmente de acuerdo respecto a lo de la calle Larios, a veces llega a ser un tanto molesto con tantos obstáculos.