Los vecinos de San Félix Cantalicio deberían invitar al alcalde a una paella para que el Ayuntamiento limpie el solar-bosque que tienen enfrente. Ya lo hizo hace dos años, cuando De la Torre inauguró las viviendas.
El capuchino italiano San Félix de Cantalicio se dedicó durante muchos años a pedir para los pobres por las calles de Roma. Los vecinos de la malagueña calle San Félix Cantalicio también callejean todas las semanas pero para pedir al Ayuntamiento de Málaga, hasta ahora sin resultado, que les solucione un problema que ya afecta a su salud y que hace dos años, mira por dónde, se solucionó de forma temporal gracias a una providencial visita del alcalde.
Porque en marzo de hace ahora dos años, Francisco de la Torre inauguraba una promoción de 17 viviendas sociales en esa calle de Capuchinos, en el número 6 y no era plan de que enfrente, un solar privado luciera como un estudio de rodaje de Frank de la Jungla, así que nuestro Consistorio abrió el solar y retiró toda la maleza, que era muchísima.
No lo ha vuelto a hacer, por eso en estos dos años y con las lluvias de las últimas semanas, luce como si en vez de en Málaga estuviéramos en Borneo. Lo surrealista de la situación es la respuesta que, según cuentan vecinos como Ana, les da el Consistorio: que no puede hacer nada porque desconoce quién es el propietario del terrenito. Es decir, que el Ayuntamiento no puede repetir lo que hizo hace dos años cuando acudió el alcalde.
La situación, por cierto, es terrible. El firmante pudo hablar ayer con cuatro vecinos de este mismo número 6, que contaban que las ratas son ya legión, porque luego está la moda australopiteca de algunos sandios de tirar la basura dentro de la parcela, algo que lo único que produce es alimentar a la bestia.
Por este motivo, una madre con niñas pequeñas, en el bajo, ha tenido que poner una tela metálica para que no le entren las ratas, porque cuando el viento arrecia, las ramas de los arbustos llegan hasta el bloque del Instituto Municipal de la Vivienda. Y si no llegan más es porque un cable de la luz sostiene el ramaje, que ha formado una bóveda arbórea digna de la Alameda Principal.
Los vecinos están muy preocupados, máxime cuando sus gestiones para que los reciba alguien del Distrito Centro y en último caso, para que los reciba el alcalde, son agua de borrajas. «Será que no somos importantes para ellos», concluía ayer Ana, que tiene todo el año las ventanas cerradas, por miedo a que le visite algo con más kilos que el Ratoncito Pérez.
Los afectados reclaman al Ayuntamiento una nueva limpieza del solar y si es posible, que lo asfalte o eche herbicidas para que no vuelva el problema.
Un servidor la única solución que ve ante tanto pasotismo municipal es que, con motivo del segundo aniversario de la promoción, los vecinos inviten al alcalde a una paella. Como nuestro primer edil es capaz de asistir a seis almuerzos el mismo día, seguro que hará un hueco en su agenda, se pasará por San Félix Cantalicio y los servicios municipales volverán a hacer lo que reclaman los vecinos: limpiar el dichoso solar.