Letras para todos los gustos con luz y sonido

17 Dic

El espectáculo navideño de la calle Larios sigue siendo un éxito pero además, nos ofrece una variedad musical alejada del monotema de las parejas felices o en crisis continua.

El éxito del concurso de televisión Operación Triunfo ha supuesto para la música más comercial la casi desaparición de los grupos con las letras más dispares y el desembarco de una legión de solistas con un único asunto que cantar: el amor y sus muchas tribulaciones.

Así que, desde hace tres lustros, la mayoría de estos intérpretes exalta a la pareja amada, nos describe la compleja crisis sentimental por la que atraviesa o, en el más temido de los casos, nos canta la ruptura y sus deprimentes consecuencias, aunque los artistas suelen dejar caer que los protagonistas siguen abiertos al amor.

Para ampliar estos repetitivos horizontes musicales, el Ayuntamiento de Málaga está haciendo una gran labor divulgativa con el popurrí de canciones, de los estilos y asuntos más diversos, que cada jornada, en varios pases, se escuchan por la calle Larios y sus alrededores en estas vísperas navideñas.

Cuando parecía que los espectáculos de luz y sonido eran una cosa del pasado, de los años 70 en la Cueva del Tesoro, el Consistorio los ha vuelto a poner de moda con un éxito arrollador que ha obligado, finalmente a cortar el tráfico en la zona durante su ejecución.

De hecho, como muchos malagueños y visitantes han podido comprobar, era tal la aglomeración para ver la sesión de luces y música, que pese al despliegue de policías locales, los espectadores que se concentraban, o más bien esparcían, por el entorno de la glorieta del marqués del Larios, corrían riesgo físico de ser embestidos por algún vehículo, así que la medida, pese a que fastidie a los conductores, es la más sensata, porque no se pueden poner puertas al campo.

Así que, bajo la cúpula de luces y estrellas de la calle Larios resuenan Freddie Mercury y sus muchachos, villancicos navideños y hasta el bueno de Carl Orff, que reutilizó unas canciones del pueblecito bávaro de Bura, anteriores a Maricastaña (del siglo XIII, pues la auténtica María Castaña vivió en el XIV), para cantar a la Fortuna y ponerla como un trapo en las famosas Carmina Burana, ya que, como ya nos dejó claro Marisol, La vida es una tómbola y si un día eres una persona feliz y centrada, mañana puede girar la rueda de la fortuna y Donald Trump puede nombrarte secretario de Estado o algo peor.

Como se ve, una selección musical variadísima que no incide en la estética que arrebata a la industria musical desde hace 15 años: amantes despechados o eufóricos, muchas lágrimas y corazones inflamados o hechos puré.

Se escuchan también críticas de que calle Larios parece en esos momentos una enorme discoteca al aire libre, pero no se busca otra cosa en estos días: puro espectáculo navideño y tirón turístico, como en otras ciudades del mundo. Y ese doble objetivo está conseguido, ahora acompañado de más seguridad para los peatones… y canciones para todos los gustos. Muchas felicidades.

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