Frondosidad dentro de la Carretera de Cádiz

3 Dic

Aunque buena parte del distrito fue planificado con los pies, en Vistafranca sobrevive una zona verde, vestigio de la finca del torero Gómez Bradley.

Cuando uno piensa en los miles de pisos que nuestros cargos públicos quieren dejar para la posteridad en la antigua parcela de Repsol –en el PGOU del 83 fue planificada como un gigantesco parque sin bloques– o en la catarata de edificios que se prevé en el vecino polígono de San Rafael, uno concluye que esta zona de Málaga ha tenido siempre muy mala suerte.

La Carretera de Cádiz y la Cruz del Humilladero han sido durante décadas el Salvaje Oeste, el camarote de los Hermanos Marx del nada ejemplar urbanismo malaguita.

Pero en tanto barrio pensado para que en él cupiera el mayor número de personas, con verdadera aversión a las zonas verdes porque en ese terreno se perdía un bloque más, una de las pocas excepciones es Vistafranca.

Todavía quedan vistosos árboles en esta antiguo cortijo, que en el arranque del siglo XX producía patatas, alcachofas, algodón y hasta alfalfa y contaba con una vaquería que servía a la antigua Casa Cuna.

Como muchos saben, fue propiedad de Rafael Gómez Bradley, el torero malagueño de clase alta, injustamente relacionado con una absurda leyenda cuasi vampiresca porque necesitaba transfusiones de sangre. Lo triste es que la tuberculosis se lo llevó muy joven y está enterrado en el Cementerio de San Miguel.

La calle Alcalde José María Llanos, entrada al antiguo cortijo, conduce a dos zonas verdes, la primera de ellas, a la altura de la calle Alazores, está presidida por un precioso ficus que parece un primo segundo de los de de la Alameda, posiblemente plantado, por sus hechuras, en el arranque del siglo XX, en tiempos del diestro.

Este jardín está preservado por varias rejas que, sin embargo, por el color marrón escogido, dan la impresión de estar oxidadas. Con cualquier otro color la zona verde daría una impresión menos olvidada.

No ayudan tampoco los bancos, pintarrajeados, sucios y tan duros que hasta un cartujo se lo pensaría antes de sentarse en uno de ellos. Son de la misma escuela que los del Llano de Doña Trinidad, así que mejor disponer de cojines.

La segunda zona verde, en alto, cuenta con algún ficus, grevilleas y una hilera de cuatro palmeras washingtonias que recuerda a la de Santa Paula. La iniciativa Málaga más bella ha envuelto el jardín con un fresco inspirado en la Naturaleza y David el gnomo y en el suelo, un juego del tres en raya y otro del guiso. Un rastro de jardín en lo más urbanizado de la Carretera de Cádiz. Hermoso y heroico.

El compositor

Ayer, sobre las 7.30 de la mañana, Radio 2 emitió una pieza para piano, Recuerdos de Andalucía, opus 8, un bolero de concierto de Eduardo Ocón. Aunque muchos malagueños lo identifican con el recinto musical del Parque, lo cierto es que compuso, en la línea de Turina o Albéniz y su música sigue sonando por las ondas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.