Cuando los montes se inflaban y otras historias

26 Nov

La portada de la web de la RAE con un grabado de Málaga de 1838 sirve para apreciar las exageradas hechuras de los Montes en grabados de la época.

Ayer, en la versión digital del periódico, el firmante comentaba la noticia de que en la portada de la web de la Real Academia de la Lengua Española podía verse estos días un grabado de la Málaga de 1838 de Louis Haghe, como anuncio del libro Visión de España en los viajeros románticos ingleses. El volumen está formado por 22 estampas de varios pueblos y ciudades de España del legado Rodríguez Moñino de la RAE.

Lo curioso es que las estampas son imágenes realizadas a partir de dos viajeros y dibujantes ingleses que pisaron nuestra ciudad, los señores George Vivian y David Roberts.

De Vivian es en realidad el dibujo original del que luego saldría esta Málaga de 1838, con la saludable ausencia del hotel Malaga Palacio, lo que permite apreciar toda la belleza de la Manquita, pese al frente de edificios que jalonan la Cortina del Muelle. Pero sin duda, lo más llamativo de este grabado, acompañado de preciosas barcas de vela latina, es el escabroso fondo de los Montes de Málaga, que más parecen las primeras estribaciones del Himalaya.

El arquitecto Luis Ruiz Padrón, que todos los sábados nos ofrece en La Opinión sus interesantísimas reflexiones, estudió para su tesis doctoral las imágenes de Málaga de los últimos siglos y constató la elevación montañosa general que los dibujantes guiris aplicaron n durante buena parte del XIX a nuestros Montes de Málaga, que nunca aspiraron a formar parte de las montañas ochomiles que hay por el globo.

Sin embargo, lo abrupto del paisaje estaba relacionado con la fiebre romántica, de ahí que además inmortalizaran el castillo de Gibralfaro como un inexpugnable castillo de los Cárpatos.

También visitó nuestra ciudad David Roberts en la década de 1830, cuando ya comenzó a funcionar el Cementerio Inglés de Málaga. De hecho, cosa curiosa, el señor Roberts se alojó en casa de William Mark, el cónsul inglés que hizo posible el camposanto protestante.

Precisamente, Luis Ruiz Padrón presentó en su tesis doctoral, dada a conocer por este periódico, una acuarela desconocida de Málaga, que estaba siendo subastada en el Reino del Brexit por la casa Sotheby´s y que realizó David Roberts.

La acuarela está pintada desde el sitio donde se instaló la batería de San José, en el llamado muelle Nuevo, en realidad un pequeño apéndice occidental que le salía al puerto frente a la famosa cuña de edificios eliminada en el siglo XX para unir el Parque con la Alameda.

Roberts pinta una ciudad muy hermosa en la que destacan las gráciles formas de la joven Farola, todavía sin el cuerpo añadido característico.

Que la RAE encabece su web con un grabado de la Málaga del tercer tercio del XIX, esa en la que ya estaban haciendo una gran fortuna Manuel Agustín Heredia, no hace sino resaltar el encanto que tuvo para los exageradillos dibujantes guiris del Romanticismo.

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