En la calle Frank Capra, un aparcamiento gigante está programado por el PGOU como enorme parque que complete las zonas verdes del barrio.
Esta semana hemos paseado por los parques desconchados de Teatinos, resultado de un producto, la arena compactada, que al menos en superficies situadas en cuesta como los parques dedicados a la Virgen de Araceli y a Fernando de León (aparte de la Travesía del Pintor Nogales en el Centro) no sirven absolutamente para nada porque la lluvia la deshace.
Por eso, hay que cruzar los dedos para que nuestros cargos públicos no repitan la jugada –o jugarreta– en la abrupta loma de Teatinos que desciende sobre la Ronda Oeste, donde en lugar de la marabunta rugen los coches. Se trata de una futura zona verde que irá desde la fuente de los Colorines (ya ha perdido fuelle la denominación fuente de los Teletubbies) y que se prolonga por el lateral izquierdo de la calle Frank Capra.
Alguna vez esta sección se ha adentrado por esos andurriales, donde guardaba sus bártulos ciclópeos el Metro de Málaga.
Según cuenta la asociación de vecinos de Teatinos, el metro todavía conserva una parcelita, en realidad un pasillo vallado. El resto es un gigantesco aparcamiento al aire libre que en las partes más agrestes, inaccesibles para los coches, recuerda a la superficie lunar, sólo que aquí los astronautas tendrían grandes posibilidades de desgraciarse, pues los hoyos que atiborran el paisaje entran en la categoría malaguita de joyos, con jota, siempre con mayor peligrosidad.
En anteriores incursiones la loma estaba hecha unos zorros, sobre todo al final de la calle Frank Capra, pues junto a una pequeña glorieta se acumulaban cachivaches depositados por metafóricos ungulados, incluidos juguetes destrozados de niños.
El nivel de porquería ha bajado bastante, aunque no puede decirse que esté como los chorros del oro. Desde este futuro cerro verde se avista el Instituto Municipal de la Vivienda y todo el abanico de bloques que se despliega alrededor de la rotonda de José Bergamín.
Pero si uno se da la vuelta, cerca de la Ciudad de la Justicia encontrará uno de esos escenarios postindustriales deprimentes que de vez en cuando interesan a la Málaga Film Office para las localizaciones de las películas. Se trata de las obras inconclusas de una enorme construcción acribillada a grafitis y de la que la crisis sólo ha dejado un laberinto de pilares, a la espera de la continuación un lustro de estos.
Un respetable agujero en la valla que circunda el monstruo de hormigón permite a Pedro sentirse como en su casa, de ahí el alto número de pintadas.
Y de la calle Frank Capra también llaman la atención dos plazas tan grandes como tristonas, con el único toque de distensión de unas columnas de colores a juego con la fuente de Teatinos. Dan la impresión de ser la desganada obra de algún constructor, que no derrochó ni imaginación ni alegría a la hora de diseñarlas. De hecho, con una estatua gigante del monarca comunista de Corea del Norte quedarían muy a tono con ese país.
¡Claro que «joyos» con J !
Un amigo mío, lejano ya en el tiempo pero no en la amistad, pues juntos trabajamos en la Cueva, decía (cuando estábamos en esos trabajos de la Cueva del Tesoro) que él era «joyero por partida doble» : él hacía JOYOS y su padre tenía una JOYERÍA (que andando el tiempo llegó a heredar).