El Ayuntamiento ha mandado restaurar la escultura favorita de los niños, aunque su autor, Jaime Pimentel, cuenta que pudo haber sido una escultura de Bambi.
La lluvia de estos días pasados ha eliminado la presencia malaguita en el Parque. Mientras en otras ciudades pasear por parques y jardines bajo la lluvia es una ocasión para estar más cerca de la Naturaleza y disfrutarla desde otro punto de vista, los malagueños reaccionamos como si las zonas verdes estuvieran cubiertas de lava incandescente y ni se nos ocurre pisarlas. Los que pasean por ellas son gente de fuera o majarones, razonamos.
Esta circunstancia climática ha propiciado que muchos desconozcan que, desde hace una semana, falta de su domicilio la famosa escultura de Platero del Parque, realizada en 1968 por el artista malagueño Jaime Pimentel.
Como explica el Ayuntamiento en una nota, la empresa Quibla Restaura la está reparando porque aparecieron grietas en las orejas del burrito y se perdió la pátina, sobre todo en el lomo, fruto de los miles de niños que se han subido a Platero para posar para la posteridad (servidor, incluido, faltaría más, allá por 1973).
Ayer esta sección habló con Jaime Pimentel, que recordó que la escultura del burrito loado por Juan Ramón Jiménez fue un regalo para los niños de Málaga hecho por el artista, que quiso corresponder al Ayuntamiento y a su ciudad natal, que tan importantes encargos le había hecho en años anteriores.
Lo que pocos saben es que la idea inicial del escultor era realizar la escultura de Bambi, el cervatillo de Walt Disney, pero lo descartó porque tenía poca conexión con la tierra. Fue entonces cuando le avisaron de que en Almayate, donde vive, una burra acababa de dar a luz. El artista fue para allá y realizó muchas fotos del «ruchillo», que sirvió de modelo para su Platero.
En cuanto al estreno de la escultura en el Parque de Málaga, este afable artista recuerda que «fue un éxito increíble desde el principio que se inauguró, con una cola de madres con niños esperando a que les tocara». «Cuando uno hace esos gestos, no sabe por dónde van a salir pero yo he tenido mucha suerte, casi todas las esculturas han sido muy bien recibidas», reconoce.
Además del Platero que está terminándose de restaurar (la idea es que regrese esta semana a su emplazamiento original), Jaime Pimentel conserva una copia en resina en su taller, a tamaño natural, que se exhibió en la completísima exposición antológica sobre su obra, celebrada en la sala de exposiciones del Rectorado a comienzos de 2014.
Y desde hace un año, espera su momento el grupo escultórico dedicado a los Gálvez de Macharaviaya, un encargo para el escultor malagueño que se instalará en la explanada de la estación, junto a la fuente, en el extremo más próximo a la Renfe.
La obra está guardada en un tallar de fundición de Madrid pero algo se mueve en el Ayuntamiento: se está colocando la zapata circular sobre la que irá la obra, así que en cuanto el alcalde tenga un hueco en su agenda, sólo comparable con la de Obama, Málaga tendrá una nueva obra de Pimentel. Felicidades.