El Parque del Sendero del Cau parece que se mueve, muchos años después del inicio de las obras. Se esperan condecoraciones para los responsables de la Junta.
No se fíen de los nombres oficiales. El otro día vimos cómo la cruda realidad de algunos servicios municipales se puede atenuar con un nombre amable e indoloro. Algo tan desagradable para los malagueños como toparse con la grúa municipal ha sido transformado en el Servicio de Apoyo a la Circulación, como si este cambio evaporase las multas y el crítico momento en el que se llevan tu coche o encuentras la pegatina en el suelo.
Lo mismo ocurre con la perrera municipal, ahora Centro Zoosanitario, un lugar del que muchos perros no salen nunca y si lo hacen no es en plena posesión de sus facultades físicas.
Pues lo mismo sucede con el Parque del Sendero del Cau. No se fíen cuando lean información sobre esta zona verde en Mangas Verdes, porque en realidad, aparte de no existir todavía, se traata de un quelonio gigante y prehistórico, de movimientos lentos y torpes, que avanza a la velocidad burocrática de las eras geológicas.
La verdad es que es uno de los ejemplos más señeros de descoordinación administrativa y cuajo absoluto de la Junta de Andalucía.
No duden de que, en algún momento de la exasperante construcción de este parque, algún responsable político habrá pronunciado la frase de rigor: «¿Dónde queda eso?». Pues es bastante probable que este minúsculo proyecto de parque haya quedado olvidado entre rimeros de planos, por mucho que los responsables políticos se esforzaran, eso sí, en dejar bien claro que sería para «los malagueños y las malagueñas» o como dijo un ilustre cargo público en una campaña electoral: para «los ciudadanos y ciudadanas de la ciudad».
El caso es que el quelonio, que comenzó a gestarse en el año 2002 –según reiteraba ayer a esta sección la asociación de vecinos de Mangas Verdes– de vez en cuando da algunos pasos burocráticos y mueve una patita.
El pasado sábado, este diario informó del acuerdo entre el Ayuntamiento de Málaga y la Consejería de Fomento para terminar el parque, que lleva 14 años en gestación, porque a la crisis ha habido que sumar la dificultad administrativa de los restos de un tramo del acueducto de San Telmo que hay que desenterrar, permiso por delante.
Alegrémonos, en todo caso, porque las personas que en la administración autonómica han llevado este asunto no tendrán responsabilidad alguna en las negociaciones del Brexit del Reino Unido. En ese caso, a la UE le darían las uvas del 2044. Ánimo y a terminar el parque de una vez.
Solo es lluvia
Una profesora malagueña hacía la siguiente reflexión ayer lunes en un tuit: «Queridos padres y madres: Tras los acontecimientos sucedidos esta mañana, nos vemos obligados a recordar que la lluvia no es ácida».
Los acontecimientos a los que se refería era la ausencia de un buen número de niños pequeños a clase por las tres gotas caídas en la mañana de ayer.