Relatos y poemas frente al Mar de Alborán

19 Nov
Foto Pepe Cano

El pasado mes de junio, el firmante cubrió uno de las noticias más bonitas de su alopécica carrera: la celebración del solsticio de verano en la playa de la Araña, al pie de la torre de las Palomas, por parte de la Asociación de Amigos de la Barca de Jábega (ABJ). Hubo paseos en barca de jábega, cante por jabegotes, toque de caracolas, encendido de bengalas y, también, la lectura de poemas y relatos.

Fue una suerte de Stonehenge malagueño, como comentó el abogado Pablo Portillo, experto en carpintería de ribera. La rememoración de unos rituales paganos en unos tiempos remotos en los que el mundo se regía por el sol, la luna y las cosechas y no por la última ocurrencia en el melonar de las redes sociales.

La lectura tuvo un motivo: fFrente al mar y un sol en retirada se leyeron los cuentos y poemas premiados en los I Premios Alborán de Poesía y Microrrelatos para jóvenes, que el verano anterior, el del 2015, organizó la ABJ y que contó con la participación de 182 obras de 11 países y de todas las comunidades autónomas de España (o como dicen ahora muchos políticos con querencia por la Edad Media, «de todos los territorios»).

Con vistas a que la tradición se repita el próximo verano, el de 2017, y puedan lanzarse versos y poemas al viento, la ABJ acaba de convocar los segundos premios Alborán en las dos modalidades (poesía y microrrelato). Dirigidos a menores de 30 años, las obras deben tratar algún aspecto relacionado con el mar y su gente, en especial el Mar de Alborán y las costas andaluzas. El jurado dará a conocer los ganadores en 2017 y habrá un único premio en cada modalidad de 500 euros.

Los escritores inspirados por Poseidón tienen hasta el 31 de diciembre para enviar los originales (para más información pueden consultar la web www.amigosjabega.org).

Neptuno, de copas

Por cierto que una escultura de Poseidón o Neptuno, a tamaño natural (aunque en realidad ignoramos qué tamaño tenía la deidad) preside desde las alturas de un tejadito, un bar de copas en Campanillas, en la calle Jacob, esquina con Goyescas.

El dios de los mares posa con un tridente en la mano y tiene la otra extendida, en plan Cristóbal Colón o quizás se trate de un gesto cómplice con el camarero del que los popes de Historia Antigua no se han percatado.

Kilómetros de letras

Otro palabro kilométrico que la administración malaguita ha hecho propia y exhibe en cuanto nos descuidamos: «La señalética». Algo tan espantoso se refiere a las señales de toda la vida. Pero eso le sonará demasiado sencillo y claro.

Expeto (sic)

Dícese del especialista en el noble arte de espetar pero también de la caña, una vez despojada de las sardinas.

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