Hubo tiempos peores y salimos de ellos

16 Nov
El historiador Esteban Alcántara, con un dibujo de la carga de los lanceros polacos por la calle Mármoles en este mismo punto

La elección de Donald en Estados Unidos sigue conmocionando a muchos malagueños, incrédulos ante el triunfo de un vocinglero iracundo. Y sin embargo, precisamente en la provincia de Málaga no debería sorprender tanto, puesto que, no hace mucho, miles de votantes confiaron elección tras elección en una persona tan preparada para la gestión pública como Jesús Gil y Gil, que no venía precisamente de la London School of Economics y en sus ratos libres se dedicaba a acariciar las mejillas de los directivos del Compos.

Puede que a más de uno le entren ganas de refugiarse en su torre, como Montaigne, y aguardar allí, rodeado de libros, algunos amigos y vino de los Montes, la llegada de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis –uno de los cuales será un pelo fanta–.

Pero, frente a este horizonte tan poco exultante, habrá que recordar, como lo hace con insistencia el filósofo Fernando Savater, que si echamos la vista atrás ha habido épocas en la Historia de la Humanidad bastante más negras, así que, ¿de qué nos quejamos? Sin ir más lejos, si echáramos un vistazo al arranque del siglo XIX en Málaga, pocas épocas hubo más deprimentes que una ciudad azotada por sucesivas epidemias en las que murió hasta el Tato.

Y cuando los aires enrarecidos se esfumaron del Centro Histórico, por la calle Mármoles aparecieron los lanceros polacos y detrás, las fuerzas de Napoleón, con ganas de insuflar la Ilustración en pueblo tan atrasado y, por este motivo, ilustraron a los malagueños mientras arramblaban con la plata de las iglesias.

De los años 30 y 40 del siglo pasado mejor no hablar, y sin embargo, aquí estamos.

Por todo ello, hay que ser optimista. Que un merluzo vaya a gobernar una potencia mundial no significa que el mundo vaya acabarse mañana, aparte de que no es la primera vez que sucede.

Además, por nuestra experiencia en España, sabemos que las personas mejor preparadas no suelen terminar en política y sin embargo, pese a tanto cargo electo de segunda división, toda esa generación de políticos que jamás se ha ganado las habichuelas fuera del partido, seguimos adelante y Málaga ya es una ilusionante ciudad turística y cultural que está dejando atrás su imagen caótica, fea y cutre, merecidamente ganada en el pasado.

En fin, que un tarugo, al que sólo le deseamos cuatro años de mandato –o si es posible, alguna salida en helicóptero a lo Nixon– no puede hacernos caer en la depresión.

Salgamos de la torre de Montaigne y, en todo caso, trasladémonos junto a la del Atabal –pese a su espeluznante rehabilitación– para contemplar desde esas alturas del Puerto de la Torre una Málaga llena de esperanza, a la que ningún nubarrón naranja puede taparle el sol. Que así sea.

Calle Pito

Sigue el enigma de su nombre.

Una respuesta a «Hubo tiempos peores y salimos de ellos»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.