Un anónimo malagueño tocado por el sentido del humor y la ironía despliega la historia de nuestra ciudad en twitter con resultados descacharrantes.
Las redes sociales en Málaga nos enseñan que entre las personas con la piel más fina, propensas a erupciones cutáneas por comentarios ofensivos que sólo están en su imaginación, se encuentran muchos cofrades y seguidores de nuestro equipo de fútbol local.
Es curioso pero un forofo del Málaga (que no fósforo) se enciende con bastante más facilidad que uno del Unicaja. Así que cada vez que alguien escribe de Semana Santa o de fútbol malaguita y se le ocurre discrepar de la corriente mayoritaria, tiene bastantes posibilidades de recibir collejas digitales, que es la variante moderna de los improperios al árbitro.
Dejar constancia de que el Málaga C.F. y el anterior, el C.D. Málaga, todavía no ha ganado nada importante en su vida o que cada vez hay más salidas procesionales fuera de temporada es arriesgarse a ser emplumado y calafateado en forma de los insultos más primarios y a ser tildado de Judas Iscariote madridista o peor aún, de un Platiní que desprecia las tradiciones.
La capacidad de reírse de uno mismo y encajar las críticas es algo que los cielos no han deparado a estas indefensas criaturas, por eso sólo queda confiar en su pronta mejoría.
Todas estas reflexiones vienen al hilo de lo que se le viene encima al ingenioso malagueño anónimo que en Twitter ha abierto este mes @HistoriadMagala (sic), con descacharrantes retazos humorísticos de nuestro devenir y como se trata de reírse hasta de su sombra, seguro que surgirán malaguitas efervescentes que lo pondrán a caer de un burro, indignados por que les han tocado la fibra sensible (dejémoslo ahí).
Porque se trata de una sucesión de disparatadas y agudas efemérides y actos culturales como «Abierto el plazo para asistir a la conferencia La Málaga chusmona en el Siglo de Oro. Cómo Cervantes rajó del Perchel en el Qujote» o se recuerda ese 7 de noviembre de 1915, en el que Houdini, a su paso por Málaga «hace desaparecer ante el asombro del populacho una de las dos torres de la Catedral».
Bernardo de Gálvez está muy presente y en uno de sus cuadros, la batalla de Pensacola, en realidad aparece luchando contra votantes de Trump.
La cuenta aprovecha la querencia de nuestro alcalde, Francisco de la Torre, a ponerse más disfraces y atuendos raros que Mortadelo –y no solo en carnaval– y, por supuesto, no se olvida de la Málaga cofrade: «Un 9 de noviembre de 1856 no se registró ninguna procesión extraordinaria en la ciudad. Catalogando este hecho como extraño entre los cronistas».
Y a raíz del último cartel del Festival de Cine en Español (a ver si así sube el nivel), nos muestra un cartel de 1914 con esta reflexión: «Se cumplen 102 años del último cartel bonito en Málaga para anunciar lo que sea».
En suma, humor refrescante e inteligente que mosqueará a puristas de algunos colectivos. Suerte en la andadura digital y que siga la coña marinera.
«Cum Laude» para el twitero y para tu comentario.