De gallinero a plácida zona verde en Huelin

9 Nov

Aunque lo ideal serían parques sin vallas, el vallado del Parque Huelin ha demostrado ser un acierto que ha alejado la maldición de los servicios públicos.

Quienes son partidarios de las zonas verdes abiertas y consideran un contrasentido el vallar los parques municipales, deberían tener la envidiable cualidad de viajar en el tiempo para visitar el Parque de Huelin como quien dice ayer, en 2013, cuando los vecinos estaban hasta el gorro de que numerosos hotetontes (en sentido metafórico) lo usaran como servicio público a cielo abierto.

Al pasear ese año por el parque, uno corría el riesgo de transportarse, no a la idílica orilla del mar sino a un gallinero sin ventanas.

El vallado del Parque ha hecho de (metafórico) Fortasec, un fenómeno acentuado por la llegada del parque canino, que ha logrado bajar el número de los inesperados hitos perrunos.

Ayer, sobre las 12.30 de la mañana, el Parque Huelin bullía de paseantes. El kiosco de música, antes ocupado por indigentes, servía de escenario para las volteretas de un adolescente y el pequeño estanque trasero, que antes era lo más parecido a un cenagal con objetos no identificados flotantes, parecía una postal de propaganda de las novelas pastoriles.

Hasta la réplica del faro lucía un exterior de blanco inmaculado, cuando en tiempos del servicio público se pudo tirar meses una pintada gigante en la que un grafitero anónimo expresaba su amor por cierta Sara, con letras del tamaño del anuncio de Tío Pepe en la Puerta del Sol.

En cuanto al estanque con el barquito de pesca, tanto lo que los técnicos llaman de forma cursilísima «la lámina de agua» como la embarcación se encontraban en perfecto estado.

En realidad, todo parecía ayer en su sitio en el Parque Huelin, con la salvedad de los dos grandes ficus junto al estanque, porque media tribu de bachi-buzuks, como diría el capitán Haddock, se ha dedicado a grabar en sendos troncos todo tipo de mensajes, incluidas flechas que nos conducen a otro lugar del árbol con nuevas pintadas. Llama la atención que sujetos que, lo más probable, no escriben a mano más que lo que les obliga la escuela, fuera de ella tengan ese furor por plasmar sus memeces en árboles hermosos.

Hasta el busto al querido concejal, José María Martín Carpena, mantenía sus gafas, un accesorio siempre apetecible para los vándalos, contaban hace tiempo a esta sección fuentes municipales. No demos ideas.

En suma, que el vallado ha costado lo suyo pero el interior ha dejado de lucir como un muladar en el que algunos plantaban un pino (metafórico) detrás de una roca y luego usaban la roca para los peores menesteres.

Semáforos

Un amable lector nos informa del curioso comportamiento de una malagueña en la zona de Fuente Olletas, a comienzos de mes, concentrada en pulsar todos los botones de los semáforos de su entorno pero sin luego cruzar al otro lado. Empeño loable pero arduo el de tratar de detener todo el tráfico de Málaga.

Una respuesta a «De gallinero a plácida zona verde en Huelin»

  1. No celebre tan rápido, gran parte del cambio del parque de Huelin no se debe solo a su vallado, también coincide con la apertura de un Centro de día junto al albergue de c/ Góngora en el que los sin techo disponen de un espacio para pasar el día y que va a cerrar en unos meses por falta de apoyo del ayuntamiento a la ONG que lo promueve y lo ha montado, por lo que los sin techo volverán al parque.
    Fueron muchos los vecinos que intentamos que este parque se vallara desde el primer día y fue la oposición de la Asociación Parque del Mar la que impidió la iniciativa y por la que los vecinos próximos al parque hemos tenido que sufrir constantes molestias. Pero lo que mas altera la convivencia son las iniciativas que promueve el ayuntamiento todos los domingos en el parque con altavoces a todo volumen y durante todo el dia.

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