Los rayos de sol están a punto de difuminar en Ciudad Jardín el que quizás sea el grupo de pintadas con más ‘carga intelectual’ de Málaga, que no es poco.
Es curioso cómo, un genio como Juan Sebastian Bach, se pasó media vida enfurruñado con los mediocres cargos público y grandes señores que le tocaron en suerte y hasta llegó a hollar la cárcel durante un mes por culpa de un príncipe zangolotino, que se enfadó cuando al gran músico lo fichó un príncipe rival –en el XVIII todavía no se fichaban futbolistas–.
Ha caído en el más profundo olvido toda esta caterva de nobles y carguillos municipales lo suficientemente tolondrones como para ver en Bach a un simple sirviente. No fue hasta el XIX cuando los alemanes descubrieron a uno de los grandes maestros de la música.
El que convivamos con genios y eso nos pille cogiendo alúas no deja de ser inquietante. Por este motivo, servidor quiere dejar constancia en esta sección de un posible genio de las pintadas malaguitas, un campo, la verdad sea dicha, bastante yermo, porque el 70 por ciento de ellas se limita a dejar constancia de la afiliación tribal del autor, que casi siempre firma acompañado de otros miembros de la tribu o se deja tentar por el ridículo y deja para la posteridad alguna guarrería tan burda que incluso es indigna de un concurso de telerrealidad. El otro 20 por ciento es para las parejas unidas con corazones y sólo queda un 10 por ciento de pintadas creativas.
Por eso, toca reivindicar una anónima figura porque las pintadas a las que nos referimos están al pique de un repique. A punto de desaparecer. Hace algunos años que hablamos de ellas pero el tiempo pasa y ya se las está comiendo el lorenzo. Se encuentran en la calle Alcalde Baeza Medina, en Ciudad Jardín, al final de un pequeño patio, sobre una gran pared blanca.
Y es curioso como en ella conviven los dos tipos de pintadas: las que consisten en manchar sin motivo una pared y las que aportan algo al paseante. Así que junto a algunas frases en inglés de los Montes y algunas firmas tribales y de parejas de novios lo llamativo es que encontramos frases de grandes celebridades de todos los tiempos, desde Charles Dickens hasta Bob Marley, pasando por Epicteto, Freud, Voltaire y hasta don Jacinto Benavente.
¿Qué desconocido personaje ha pretendido retar la abulia intelectual imperante en las paredes de Málaga con estas frases? ¿Estamos ante un genio de las pintadas o habrá que esperar a que esa colección de frases tan atinadas sean de producción propia?
Un servidor, por si las moscas, deja constancia del prodigio en una pared de Ciudad Jardín, no vaya a ser que, salvando todas las distancias, pese a que son insalvables, vaya a pasar lo mismo que con Bach. Ya saben, ese organista protestón que se cree el rey del mambo –o habrá que decir, de la cantata–.
Día de los difuntos
Si no tuvieron ocasión ayer, visiten hoy los cementerios del Palo, Churriana y Olías. Camposantos menores de Málaga pero cargados de historia y de encanto.