El famoso filósofo prusiano se habría dedicado a escribir folletines de medio pelo de haber tenido que pasear a diario por esta peligrosa vía de Málaga.
Es muy posible que Kant haya sido la persona más aburrida del mundo. Aparte de no salir jamás de su ciudad, Königsberg, hoy en manos de Rusia, daba todos los santos días el mismo paseo a la misma hora y sin variar el recorrido.
En realidad, no necesitaba mucha variedad en sus hábitos si en su cabeza bullían mundos que todavía hoy muchos lectores exploran fascinados aunque muchos reconozcamos que no entendemos un pimiento.
Un caso parecido, a la hora de pasear, es el de los vecinos de Monte Dorado y la otra parte de la loma, el Balcón de Olletas. Si deciden bajar a Málaga sólo tienen un camino, a no ser que se decidan por el Grand Tour de descender por Mangas Verdes y dar un gran rodeo hasta el Centro. Y por mucho que elucubren en su paseo sobre los juicios analíticos, los sintéticos y la razón pura, no hay quien filosofe cuando te juegas el pellejo porque hablamos del peligroso Camino de Colmenar.
Pese a que hace ya 30 años que estas alturas están ocupadas por vecinos, el descenso y ascenso, como alguna vez hemos contado en esta sección, supone un riesgo claro para los peatones, hasta el punto de que Immanuel Kant, de haber vivido en este rincón de Málaga, se habría tenido que dedicar a escribir folletines románticos, de los sobresaltos que tendría en sus voltios cada dos por tres.
Muchos años llevan los vecinos denunciando la situación y los políticos hacen oídos sordos. Así que siguen existiendo tramos en los que no hay aceras, sino terrizos y matojos, mientras hay que aguzar todos los sentidos para que los coches, que pasan a toda leche, no se lleven tu ADN de recuerdo.
El Ayuntamiento, la Junta y el Gobierno central deberían aplicar un urgente plan de choque consistente en que nuestro alcalde, el subdelegado del Gobierno y el delegado del Gobierno andaluz subieran a patita mientras discuten sobre la razón práctica.
Del mal rato que pasarían los tres, a la semana siguiente los vecinos del Balcón de Olletas y Monte Dorado ya tendrían aceras. ¿Para cuándo el paseíto?
La limpieza
Como ya intuyó el firmante, y no hay que ser Albert Einstein para eso, en la misma mañana del pasado jueves los servicios de limpieza del Ayuntamiento de Málaga accedían al botellódromo del Monte Gibralfaro para limpiar los restos de la última macrojuerga etílica denunciada por esta sección.
Con la excepción de Íñigo Errejón, todos hemos sido jóvenes alguna vez y eso lleva consigo cometer excesos. Pero celebrar un botellón al aire libre en el monte no obliga a dejarlo convertido en un peligroso estercolero, cuajado de botellas de cristal. La diferencia entre un joven que se divierte y un cabestro radica en algo tan sencillo como recoger en una bolsita los restos del bebercio, eso sí, el riesgo por una multa gorda siempre estará ahí.
no hay aceras y el asfalto esta en pésimas condiciones las cuales sufrimos los ciclistas ,