En la investigación Duelo a muerte en Sevilla, el historiador Miguel Martorell rescata una historia real en la que aparece un conocido personaje malagueño.
El historiador madrileño Miguel Martorell acaba de publicar en la editorial Ediciones del Viento una curiosísima historia que, de forma indirecta, entronca con una de las principales familias de Málaga: los Heredia.
Se trata de Duelo muerte en Sevilla. Una historia española del novecientos, en realidad un auténtico folletín decimonónico que tuvo lugar en el arranque del siglo XX y fue muy real. Su protagonista principal, Rafael de León y Primo de Rivera, un sevillano que llegó a ser concejal y diputado, especializado en pulirse el patrimonio de la mujer, María de las Cuevas Pickman, marquesa de Pickman y descendiente del inglés que en Sevilla fundó la famosa fábrica de lozas de la Cartuja, cuyos terrenos a finales del siglo pasado albergarían la Expo 92.
El matrimonio se celebró, por cierto, pese a la oposición del padre de Rafael, pues la marquesa era fruto de los amores del segundo marqués de Pickman con una obrera de la fábrica de loza, aunque finalmente fue reconocida.
El caso es que el marqués consorte fue un ejemplo de dispendio, en su afán por destacar en un mundo, el de la nobleza, en el que era considerado un recién llegado, pues el marquesado pertenecía a la hornada de comerciantes ennoblecidos durante el XIX. Tanto gastó que rozó la bancarrota y tuvo que pedir dinero a su amigo, el capitán de la guardia civil Vicente Paredes.
Pero pronto llegaron rumores de que el capitán Paredes flirteaba con la marquesa de Pickman e incluso se habló de unas cartas de amor firmadas con una P. Fueran ciertos o no, Rafael de León actuó como un personaje zarzuelero y precisamente decidió responder en un teatro, el Cervantes de Sevilla, en mitad de una zarzuela donde estaba el guardia civil, de uniforme y en una de las primeras filas. El marqués abofeteó y pisoteó al capitán, en presencia del capitán general de Andalucía, así que siguiendo los rancios códigos de la época (el año 1904), nada de demanda: duelo a muerte con pistola.
El guardia civil, consumado tirador, dejó seco a Rafael de León. Luego siguió otro folletín de la época porque el arzobispo de Sevilla, que también fue obispo de Málaga, Marcelo Spínola, no permitió que el duelista fuera enterrado en el cementerio católico, los obreros de la Cartuja lo metieron a la fuerza en su nicho y de madrugada, la policía sacó el ataúd y lo enterró en el cementerio civil.
¿Fue el guardia civil detrás de la marquesa? El autor del libro, sin decantarse ante la falta de pruebas, menciona una posibilidad barajada en la época: en realidad la marquesa coqueteaba con el malagueño Jenaro Parladé Heredia, con quien terminó casándose en 1905 en San Sebastián, justo un año después del duelo.
La P no correspondería a Paredes sino a Parladé, nieto de Manuel Agustín Heredia, quien la pretendió cuando cuando ella tenía 17 años –antes de casarse con Rafael– pero el padre de Jenaro la descartó por ser hija de una obrera. Lo dicho, una historia real digna de un folletín o de una serie española de sobremesa.
¡Magnífico artículo el de hoy, Alfonso! La historia que tú supones tiene más visos de realidad, (incluidas las P), que la historia que figura en la Historia como «real». Me apunto a tu versión del folletín de 1904.