El médico y científico malagueño Juan Manuel Pascual fue nombrado el martes académico de honor de la Academia Malagueña de Ciencias.
Los tópicos nacionales que tanto denostó, por falsos, Julio Caro Baroja, nos pintan a los americanos como Donald Trump, que es lo mismo que reducir a todos los españoles a Manolete, aunque a favor del torero hay que decir que nunca apoyaría construir un muro en la frontera con México.
El martes, en la clausura del curso de la Academia Malagueña de Ciencias en el Salón de los Espejos del Ayuntamiento, los tópicos saltaron por los aires al constatar que un brillante científico malagueño puede brillar con especial intensidad si le ofrecen, al otro lado del charco, en tierras tejanas las mejores condiciones para su trabajo y un equipo de colaboradores entusiastas.
La clausura del curso comenzó con el merecido homenaje al académico y arquitecto Luis Machuca por la catarata de premios que ha merecido su restauración del Caminito del Rey, del que ha sido «director de orquesta y autor de la partitura», en palabras del presidente de la Academia, Fernando Orellana. Siguió el ingreso como académico de honor del médico malagueño Juan Manuel Pascual.
Nacido en 1967, como recordó el académico y catedrático de Biología Celular José Becerra, en sus estudios entre las universidades de Málaga y Granada recopiló matrículas de honor y logró suscitar el apoyo del premio Nobel de Medicina Severo Ochoa, por su interés en la neurología. Así que Juan Manuel, el mismo niño que de pequeño abría lagartijas con propósitos científicos en su barrio de Pedregalejo, marchó a Estados Unidos para convertirse en pediatra e investigador del cerebro, en la actualidad en un inmenso complejo de hospitales de la Universidad de Texas donde imparte clases, cuida a enfermos e investiga en su propio laboratorio, en el que en lugar de lagartijas dispone de una cantidad ingente de ratones.
El doctor Pascual contravino, afortunadamente, la regla no escrita de los discursos en España, que afirma que deben durar el doble de lo que espera la audiencia, y en su lugar, con la ayuda de un power point, optó por un enfoque más práctico y breve, en el que trató de explicar a lo que se dedica en Estados Unidos. Y no faltó el humor, como cuando desgranó sus principios a la hora de investigar, uno de los cuales es que la suerte visita los laboratorios científicos y siempre lo hace fuera del horario laboral (y si no, que se lo pregunten a Fleming).
Uno de los últimos logros de este gran especialista en enfermedades raras en niños es haber puesto coto con éxito a una enfermedad genética que causa que se transporte menos glucosa al cerebro, lo que provoca en los jóvenes pacientes hasta 400 y 500 ataques epilépticos al día.
Gracias a las investigaciones con ratones y a su equipo, el científico malagueño ha obtenido una sustancia que, al tomarla los pacientes cuatro veces al día, ya no tienen crisis y pueden llevar una vida normal. Un merecido académico de honor en su tierra natal. Felicidades.
Its like you read my thoughts! You seem to know a lot about this, like you wrote the
e-book in it or something. I feel that you can do with a few
percent to pressure the message house a little
bit, however instead of that, that is magnificent blog.
A great read. I will certainly be back. http://Www.yahoo.net/