Uno de los barrios peor planificados de España ha sacado partido a la calle Nuestra Señora de los Clarines y convertido en jardín el estercolero del arroyo.
Miraflores de los Ángeles es uno de los barrios peor planificados de España. Al desmadre de los bloques, algunos de ellos situados originalmente sobre zonas de esparcimiento para el barrio, hay que sumar eso que los expertos llaman «la orografía del terreno» y las personas sin ínfulas, las puñeteras cuestas, que han llenado el barrio de escaleras y pequeñas plazas en terrazas.
No olvidemos que muy cerca, desde alturas vecinas –el cerro de los Ángeles– los dibujantes de siglos pasados han plasmado de un plumazo vistas impresionantes de Málaga, algunas de ellas curiosísimas, porque se aprecia la construcción de la Catedral en sus inicios.
Pero de Miraflores de los Ángeles también hay que decir que el Ayuntamiento ha tratado de potenciar lo mejor que tiene y le ha sacado muchísimo partido. Hablamos, claro, de esa amplia avenida en la que se ha convertido la calle Nuestra Señora de los Clarines, transformada en el auténtico ágora del barrio, con los aparcamientos subterráneos municipales, los parques infantiles, pérgolas, árboles y animadas cafeterías.
La calle Nuestra Señora de los Clarines, por cierto, recuerda en realidad a un barco del mismo nombre que en el siglo XVI, con salida del puerto de Málaga, transportaba provisiones (trigo, bizcocho, cebada) a las plazas portuguesas en el Norte de África como Ceuta, Tánger o Arcila, entonces en poder de Portugal. La gran calle del barco, que realizaba sus viajes de aprovisionamiento hacia 1540, es uno de los mejores logros de Miraflores de los Ángeles, pero igual de beneficiosa ha sido la transformación del último tramo a cielo abierto del arroyo de los Ángeles.
Hace algunos años, en esta misma sección,comentábamos la desazón que causaba pasear por esta zona, un cauce transformado en cagadero de perros, proveedor oficial de matorrales para toda España y en el que no faltaban ni papelinas ni usuarios de las mismas.
En nuestros días este mismo rincón ha tenido una espectacular transformación. El acceso desde la calle está vallado y donde antes florecían matojos y deposiciones caninas –que en verano adquirían el dudoso honor de convertirse en mierda recalentá– hay una bonita zona ajardinada.
Subsisten, cerca de la valla, un par de botellas, simbólica huella de lo que había antes pero poco más. Y así, desde la zona en la que el arroyo pasa a estar embovedado hasta toda la suave cuesta que conduce al Camino de Suárez, Miraflores de los Ángeles, con sus defectos estructurales, se ha reinventado y mejorado de una manera exponencial. Un ejemplo a seguir para otros barrios masificados de Málaga. Felicidades.
Declive empresarial
Tan desprestigiada está la palabra, que cada vez hay más empresarios que prefieren que les llamen emprendedores.