Los que defienden el hotel de Moneo sólo por la autoría no se toman el tiempo para pensar en la decencia o indecencia del proyecto.
Al final va a tener razón el probo genio de la Gerencia de Urbanismo que aventuró que una propuesta tan demoledora como la del hotel de Hoyo de Esparteros sólo conseguiría el visto bueno de la Administración con un arquitecto de renombre.
Acertó, porque la llegada de Rafael Moneo al proyecto ha conseguido reducir a la nada la capacidad de crítica de las administraciones y de muchos malagueños –algunos de ellos con estudios– de forma que lejos de plantearse la decencia o indecencia del hotel, salivan sin más porque Málaga va a contar por fin con un edificio del maestro. Nada perturba su conciencia pese a que lo que se va a construir en el Centro es una lección de escasez de ética, especulación y contorsionismo normativo a la carta. El apellido del arquitecto navarro ha hecho posible que queden absueltos todos los pecadillos.
Este desolador panorama evidencia la buena salud del catetismo ilustrado en nuestra ciudad –ni que decir tiene que el catetismo ilustra a buena parte de nuestro Ayuntamiento– y lo más grave, marca el camino a seguir para otras operaciones urbanísticas dudosas en Málaga.
Así que no se extrañen si otras empresas toman nota de la jugada maestra de Hoyo de Esparteros y en años venideros proponen que los cascarones decimonónicos de la plaza del Teatro sean sustituidos por un edificio singular de Norman Foster, Jean Nouvel o Álvaro Siza, por supuesto con una altura que permita vislumbrar la obra desde las casas colgantes de Cuenca, para que todos ganen dinero.
Y no se trata de dar ideas, pero el edificio ilegal de los Campos Elíseos, lejos de desaparecer, bien puede ser sustituido por otro atentado paisajístico de similares proporciones sólo que diseñado por Koolhas o Rafael de la Hoz.
Y así, quién sabe si en Málaga la casposidad urbanística de los años 60 y 70 no se perpetuará, sólo que camuflada de grandes nombres. Los trucos chusqueros de siempre con una batallón de primeros espadas que acalle todas las críticas y provoque las loas de quienes se conforman sin más con disfrutar de cualquier cosa de Moneo, Benedetta Tagliabue o Norman Foster, y no les importa si se construye en el Hoyo de Esparteros, en mitad de la calle Larios o en la cuenca del Guadalmedina.
En cuanto a la posible abstención de Ciudadanos a la hora de aprobar tan ejemplar proyecto, si se produjera bien puede decirse que el partido de la regeneración ha comenzado a degenerar antes de la cuenta. Tendrán por lo menos la satisfacción de haber contribuido a levantar el Málaga Palacio del siglo XXI. Tomemos nota de la noble gesta.
Como se trata de un edificio de Moneo, el catetismo ilustrado concluye que no hay nada que cuestionar. Pero quizás se lo cuestionen los historiadores que en el futuro analicen la especulación urbanística malagueña de este último medio siglo, que es para echarse a temblar, no a salivar.
El próximo lunes 11, a las 20 horas, concentración ciudadana en Hoyo de Esparteros contra esta indecencia.
Yo daría un paso más, la propia juntademiarmalucía no para de hacer todo lo posible por destruir, malmeter y pisotear la imagen de Málaga y de sus grandes logros, insiste una y otra vez en ningunear a nuestra provincia y cuando mira hacia nuestra Málaga es para dar cabida a este tipo de actuaciones, a todas luces diseñadas para hacer daño, en todos los sentidos.
¿es que se creen que somos tontos? (con perdón para los tontos).
Catetismo?
En mi diccionario, cateto es aquella persona que mantiene un entorno degradado durante 30 años, que da vergüenza a cualquier turista que acceda al centro histórico desde El Corte Inglés. Cateto es decir que Málaga no se puede permitir un edificio de 8 ventanas (10 plantas) en la futura avenida verde del Río Guadalmedina. Ese edificio no debe pertenecer al centro histórico,debe ser el punto de convergencia entre el centro moderno de Hilera y el centro histórico.
Totalmente de acuerdo.Seguramente la mayoría de los que ocupen ese hotel, no sabrán ni quien es Moneo ni les importará.La ciudad se ira empobreciendo poco a poco, irá perdiendo su identidad, que tan poco hay tanto como para derrochar y en fin, no se, un desconcierto mas de tantos, como se han hecho .