Una Venus de Willendorf equivocada

8 Jun

La escultura de la mujer que acompaña a Arturo Reyes vuelve a sufrir la agresión de algún ser con querencias australopitecas. Pura Prehistoria.

Si se dan una vuelta por el Museo de Historia Natural de Viena necesitarán las dotes de observación de Sherlock Holmes para dar con la Venus de Willendorf, la famosa estatuilla prehistórica, posible figurita de la fertilidad. El uso del diminutivo se justifica porque cabe en la palma de la mano de un niño chico. Tardarán en dar con ella.

Pese a su pequeño tamaño, se ha convertido en el símbolo de unos más que dudosos ideales femeninos de la Prehistoria, que coinciden con lo que el conocido zoólogo británico Desmond Morris señala en un curiosísimo libro sobre el cuerpo de la mujer: el hombre se siente atraído por aquellas partes del cuerpo femenino que no se encuentran en el del varón de una forma tan destacada: senos, caderas y glúteos.

Y sin embargo, esta teoría no funciona con la mente prehistórica y primitiva que, representada en distintos cazurros del sexo que sea, se dedican a arremeter de forma periódica contra la escultura de la mujer que acompaña el busto (en sentido escultórico, no el que le da Desmond Morris) del escritor Arturo Reyes, frente al Hotel Málaga Palacio.

Este conjunto escultórico, inaugurado en el primer centenario del nacimiento del autor malagueño, en 1964, obra de Adrián Risueño, tendrá todos los valores posibles menos el de ser sugerente, de ahí que la mujer que acompaña al escritor y que, según dicen, se trata de un personaje de una de sus novelas, de ningún modo puede equipararse o cumplir el papel de una Venus prehistórica para los australopitecos, seguramente malaguitas, que una y otra vez la dejan manca.

Han sido tantas las veces que este ritual vandálico se ha comentado en estas páginas, que el Ayuntamiento debería plantearse instalar entre la espesura una cámara que captara a los merluzos en el momento de agredir la obra. Así al menos se sacaba un dinerito en multas.

Y vuelve de nuevo este atacado monumento porque una vez más se cumple el ciclo de la vida, que en Málaga es bastante distinto al que aparecía en El Rey León: el Consistorio repuso la mano derecha de la escultura femenina, incluida una flor, pero pasadas unas semanas, uno o varios bultos cárnicos anónimos arrancaron la mano y con anterioridad, la flor.

Ayer por la mañana, tapando el muñón (engañoso homenaje cervantino, pues Cervantes nunca fue manco sino perjudicado de la mano) alguien había colocado una gorra.

Lástima que los miembros de la policía científica se dediquen a desfacer entuertos más serios y no se empleen en analizar el ADN del de la gorra.

En el suelo, además, se encontraba un trozo de la escultura. Pruebas más que evidentes para dar con el homínido en cuestión y averiguar si estamos ante un adorador prehistórico o ante un cazurro de los que hicieron de Málaga una ciudad bravía. Lo segundo, nos tememos, será lo más plausible.

Una respuesta a «Una Venus de Willendorf equivocada»

  1. No se cuantas veces la han reparado, se meten sobre todo con la flor que lleva en la mano.
    Ya son ganas de hacer daño por gusto y que luego la reparación la tenemos que pagar todos. Una vergüenza.

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