Casi todos los alcaldes del último medio siglo han disfrutado de algún gran error urbanístico. De la Torre persevera para conseguir el hotel de Hoyo de Esparteros.
Casi todos los alcaldes del último medio siglo han recibido uno o varios goles urbanísticos por la escuadra de los que la ciudad se lleva resintiendo desde entonces. Nadie es perfecto.
Recordemos el patético detalle, producido hace poco, de tener que cambiar de orientación la escultura del Biznaguero, en los Jardines de Pedro Luis Alonso, para que las personas que lo fotografían no se lleven de recuerdo el bloque ilegal de los Campos Elíseos, que el monumento de Jaime Pimentel tiene detrás, construido por un grupo de militares a comienzos de los años 70 sin permiso del Ayuntamiento.
Lo más llamativo de Francisco de la Torre, que sin duda será recordado en líneas generales como un excelente alcalde, es la tenacidad con la que pelea para que su largo mandato cuente también con un símbolo del lado más oscuro y menos ético del Urbanismo malaguita: la operación de Hoyo de Esparteros.
Y pese al indecente reajuste de la normativa para que quepa un hotel el doble de alto de lo permitido en esta parte del Centro, a que la promotora no ha pagado lo comprometido y a que el pleno ha rechazado por mayoría el proyecto, nuestro alcalde sigue persiguiendo el cuestionable sueño de levantar otro hotel Málaga Palacio en pleno 2016. Y todo, aduce, por ser lo mejor para la ciudad, que tendrá entre sus joyas un hotel del premio Pritzker Rafael Moneo, un trofeo arquitectónico que exhibir aunque sea mediante una operación más que cuestionable y con la oposición de miles de malagueños, reflejada también en el pleno de forma clara.
Ya le gustaría a un servidor que la tenacidad con la que defiende a los vecinos de la calle Eugenio Gross en su pelea contra el tranvía y la Junta la aplicara también para impedir esta indecencia urbanística que ni siquiera el nombre del gran arquitecto puede tapar.
Lo mejor para la ciudad, en ocasiones, no coincide con lo mejor para una promotora y por eso no había que haber adaptado nunca la normativa urbanística al hotel.
Pero como en Málaga todo es posible y nuestro alcalde no cejará hasta dejar un hito que nos recuerde que su largo mandato también tuvo sus sombras, habrá que ir pensando en darle la vuelta a las esculturas de la zona, no vayan a tener de fondo el indecente hotel de Hoyo de Esparteros, lo firme quien lo firme.
Cuadro verde
La asociación de vecinos Evolución de Campanillas aprovechó la pasada romería de San Isidro para presentar un cuadro con el plano de los terrenos que quiere convertir en un gran parque junto al río Campanillas y detrás del Cortijo Jurado.
Se trata de un conjunto de parcelas que suman 521.215 metros cuadrados, una de ellas ya municipal. El objetivo de los vecinos es que este parque, a la entrada del barrio, sea el lugar fijo de celebración de la romería y un lugar de esparcimiento todo el año, con bancos, rosaledas y barbacoas. Suerte.
Es una manía en empecinarse en hacer las cosas mal a pesar de tener al pueblo y a entendidos en contra, esperará ganar una medalla.