El Parque de Chiquito y el ciclón de Eustakia

21 May

Con vistas espléndidas a la chimenea de Los Guindos, la zona verde dedicada a Chiquito de la Calzada sólo tiene la pega de las pintadas y las grietas en los alcorques.

Cuando hace doce años Gregorio Sánchez, Chiquito de la Calzada, inauguró el parque que lleva su nombre, entre la urbanización Parque Mediterráneo y el paseo marítimo de Poniente, aseguró que sólo le quedaba ya conseguir ser nombrado académico de la Lengua.

Resulta satisfactorio comprobar cómo los humoristas tienen un hueco en nuestra ciudad, y en concreto un hueco bien verde. Chiquito, frente a la chimenea de Los Guindos y Juan Rosa, El Pulga, fallecido en 2002, un parquecito bastante completo en Ciudad Jardín.

Por cierto que como dejó constancia este periódico, su hermana Puri Rosa ha sido una de las más constantes defensoras de esta pequeña zona verde y la que más ha luchado por su mantenimiento y mejora.

En cuanto al parque de Gregorio Sánchez, inolvidable fistro duodenal, sin duda que el humorista esbozará una sonrisa al comprobar que, al igual que el Parque Litoral 25 de Noviembre, es una constante convención de cotorras argentinas, esos loritos verdes y cabezones que han transformado nuestros cielos en una sucursal de Hispanoamérica.

La presencia además en el horizonte de la chimenea de Los Guindos da un toque especial a este parque, acompañado por calles dedicadas a mujeres insignes como Amalia Heredia o Teresa Aspiazu y Paul, la primera mujer concejal en Málaga –ocupó el cargo de 1924 a 1929– rescatada del olvido por la académica de Ciencias Araceli González gracias a la biografía que publicó en 2010.

Lo más característico del parque es, sin embargo, una fuente estanque en la parte más pegada a la avenida de Sor Teresa Prat con su puente y todo, así como cuatro juegos de surtidores. Desde la pasarela las vistas del paseo marítimo y este espacio verde para loritos son memorables.

Dignas sin embargo de olvido son las pintadas abatidas sobre los bancos, algunos de los cuales inmortalizan con grandes caracteres y vivos colores a una tal Eustakia (sic), apodo pictórico del cabestro o la cabestra de turno que también podría dar nombre a un ciclón tropical.

Abundan los ficus, cuyas raíces forman laberintos a ras de tierra y también unas glorietas con palmeras y rocas que sin embargo presentan importantes grietas en los adoquines que la rodean.

Da la impresión de que quienes diseñaron el Parque no tuvieron en cuenta el crecimiento constante de las plantas. Pero en muchas zonas verdes, sobre todo en las planificadas por la Gerencia de Urbanismo y no por Parques y Jardines, es normal toparse con árboles de un porte considerable, cercados por alcorques liliputienses y los resultados son estas agrietantes evidencias.

La vecindad de una calle peatonal, la dedicada a Amalia Heredia, la dueña de la finca de La Concepción, hace que pasear por el parque de Chiquito de la Calzada sea una bonita manera de perder el tiempo, y está por ver que algo así sea una pérdida de nada.

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