La doble hilera de ficus plantada en los 70 en el Paseo de Reding podría abrir un pequeño hueco a la altura de la plaza de toros para que dejara de estar oculta
Alguna vez en esta sección hemos hablado del monumento al Comandante Benítez en el Parque. Las palmeras que lo rodean han formado un parapeto vegetal, de tal forma que podría optar al premio europeo de camuflaje escultórico, en dura pugna con la escultura que homenajea a Félix Rodríguez de la Fuente, cuyo camuflaje vegetal –la obra está oculta en una rocalla de los Jardines de Picasso– se debe a una estrategia de defensa anti vandálica.
En el caso del Comandante Benítez tampoco hay que tirarse de los pelos –el que pueda, no un servidor, que es alopécico–. Al fin y al cabo sólo hay que esperar a que las palmeritas crezcan para que sigan tirando hacia arriba y dejen de ocultar el monumento. En cuanto al famoso naturalista de El Hombre y la Tierra, alguna vez se ha tratado la idoneidad de trasladarlo o mejorar su entorno, aislándolo en mitad de un laguito, para que la obra de arte, por lo menos, se vea.
Pero hay otros camuflajes vegetales que parecen diseñados a perpetuidad, y eso que ocultan uno de los monumentos más famosos de Málaga. Hablamos de la plaza de toros de La Malagueta, que no hay forma de apreciarla en condiciones gracias a la doble hilera de ficus que recorren buena parte del Paseo de Reding, y que también dejan en un discreto segundo plano al Hotel Miramar.
La decisión de plantar estos ficus en los años 70 del siglo pasado fue sin duda buena porque proporcionó árboles y sombra a uno de los paseos más bonitos de Málaga, pero la decisión de arreglar las copas para que queden igualadas y a una misma altura ha terminado por ocultar por los siglos de los siglos la plaza de toros.
Si recuerdan otros cosos de España comprobarán que la mayoría son bien visibles y permiten verse desde muchos puntos. No es el caso de la Malagueta, atosigada por el urbanismo-basura tan clásico de nuestra tierra y por esta muralla visual, aunque sea vegetal.
Tenemos así la Catedral, oculta en buena parte por esos pisos de más que luce el Málaga Palacio y la plaza de toros. En un debate sobre zonas verdes celebrado en el Ámbito Cultural del Corte Inglés el mes pasado, un servidor planteó el problema de los ficus y el responsable de Parques y Jardines, Javier Gutiérrez del Álamo, compartió el diagnóstico.
La solución no sería, como es lógico, acabar con este bonito paseo, sino solamente trasplantar un tramo de seis ficus, aprovechando que ya en su día se retiró una de las dos hileras para dejar sitio a la parada del autobús y ya sólo queda una.
Trasplantado estos seis ejemplares tendríamos una vista completa de La Malagueta desde el Paseo de Reding que podrían apreciar los visitantes que pasean en coches de caballos, autobuses turísticos y en suma, no tendríamos a la plaza de toros oculta en la espesura.
Ya tiene suficiente con estar encajonada en el disparate urbanístico de La Malagueta.
Y seran capaces de este arboricidio.
A veces no hace falta ni siquiera quitar los árboles. Basta con manejarlos bien mediante poda para conseguir que no supongan problema a determinada altura visual
Con todos mis respetos a este artículo y, por supuesto, cada uno ve las cosas a su manera, o sea que son los ficus los que tienen que cargar con el “urbanismo-basura tan clásico de nuestra tierra”, también es muy clásico en nuestra tierra no tener zonas verdes ni más cantidad de árboles, que falta nos hace con el clima tórrido que empezamos a tener ya; y para algo verde y bonito que tenemos también queremos cargarnos una parte. A mi me gusta la plaza de toros, pero el que quiera verla que haga como yo, voy a verla a pie desde el otro lado de la arboleda.
Lo siento, me quema la sangre ver lo poco que valoramos en esta ciudad todo lo que sea verde.
VENGA VAMOS A REDUCIR EL NÚMERO DE ÁRBOLES EN LA CIUDAD QUE TENEMOS MUCHOS. LO IMPORTANTE ES QUE SE VEAN LOS EDIFIICOS.
PROPÓN TAMBIÉN QUE LE METAN 5 PLANTAS MÁS A LOS EDIFICIOS DE 1ª LÍNEA DE PLAYA PARA QUE A LAS 3 DE LA TARDE YA NO DÉ EL SOL.
Lo siento pero no estoy de acuerdo, precisamente pasé por ahí esta semana y sigue como la recordaba. No me parece bien recortarla porque es talar árboles aunque sean ficus que dan una sombra y frescor muy bueno en verano cuando hay corridas y hay que esperar a entrar en el coso y que conste que yo no soy taurina.
Qué imbecilidad arboricida de artículo. Así nos va. Una ciudad cada vez más fea y con menos verde. Delatorrismo no, haga el favor.