El Ayuntamiento tiene junto a la plaza del padre Jorge Lamothe la oportunidad de repetir la espectacular transformación de un sitio inmundo en un jardín inolvidable.
Si las mejores esencias se guardan en los tarros más pequeños, una de las actuaciones más memorables del Ayuntamiento de Málaga apenas es un rinconcito de la ciudad casi indetectable. Se trataba de una ladera sin oficio ni beneficio que había sido convertida en sucio vertedero (valga la redundancia) con vistas al falso túnel junto al Guadalmedina, a la altura del puente de la Trinidad y Santo Domingo, la carretera que desemboca junto al lateral de Hacienda.
El conductor pasaba por este pequeño tramo a cielo abierto y tenía la visión de la cochambrosa escombrera (valga la redundancia) que el Consistorio, con mucha dedicación, transformó en uno de los jardincitos más bonitos de Málaga. Un cambio radical que ejemplifica lo mucho que una zona verde puede hacer por embellecer la ciudad.
Si se detienen a observar este jardín desde la terraza al pie de la calle junto al hotel Ibis verán setos, flores de varios colores, un ciprés y una grevillea con su característica florescencia, como dicen los especialistas, aunque habría que decir incandescencia porque cuando le da el sol parecen flores incendiadas (popularmente a la grevillea se le conoce como árbol de fuego).
El camino a seguir, por tanto, está muy claro, el Ayuntamiento ha logrado transformar una ladera inmunda en un vergel que recuerda a los Jardines de Puerta Oscura, en pequeño.
Y podría seguir con este tipo de actuaciones a muy pocos metros, en dirección al puente de la Aurora, porque justo bajo las escaleras que comunican la vecina plaza del padre Jorge Lamothe con el puente de la Aurora y calle Mármoles malviven unos parterres olvidados y en muy mal estado, reconvertidos en cagadero de perros y en pequeño almacén de latas, botellas e inmundicias. Milagrosamente sobrevive un macizo de flores.
Con el mismo tesón con el que se transformó para siempre el estercolero junto a Santo Domingo, el Ayuntamiento podría actuar en este rincón, vecino de las casas hermandad de la Estrella y la Oración del Huerto.
Basura literaria
El edificio del mercado de la Merced por la parte de la calle Frailes conserva un elemento anterior a la reforma: un cartel que reza Literaria y que recuerda la librería de libros de segunda mano que había hasta hace no mucho.
Lo llamativo es que desapareció la librería y bajo el cartel todavía superviviente se abre una puerta y el que se asome por ella descubrirá una amplia colección de contenedores de basura.
No estará mal retirar algún día el anuncio de la extinta librería o en caso contrario contaremos con una broma perpetua para turistas y visitantes sobre la visión que de los libros y la lectura se tiene en esta ciudad.
El sábado, por cierto, es el Día del Libro y el 400 aniversario de la muerte de Cervantes (y de Shakespeare, se supone) Felicidades a los lectores.
Es una vergüenza que en el centro de la ciudad haya un estercolero, haciendo tanta falta zonas verdes y una mala imagen para la ciudad.
Que bien te las ingenia para denunciar los problemas de la ciudad dándole las soluciones pertinentes, como deben ser las críticas.