El proyecto de un bosque en los antiguos terrenos de Repsol fue el protagonista de un debate sobre el presente y futuro de las zonas verdes en Málaga.
La Asociación de Amigos de La Concepción organizó el pasado lunes una mesa redonda sobre el presente y futuro de las zonas verdes en Málaga en la sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés, en el que participaron los promotores del Bosque Urbano Málaga Javier López y Ana Ferrer; el biólogo y académico de Ciencias Ernesto Fernández Sanmartín; el director de Parques y Jardines Javier Gutiérrez del Álamo, el aqui firmante y como moderador, el presidente de la Asociación de Amigos de la Concepción Juan Antonio Valero.
Todos coincidimos en el importante aumento de las zonas verdes en Málaga en los últimos 20 años y aunque todavía estamos en 7 metros cuadrados de zona verde por habitante, cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda un mínimo de 10 y si es posible llegar a los 20, se ha mejorado bastante.
Pero el punto de partida, el crecimiento desquiciado de la ciudad, sobre todo en los años 60 y 70, obligó en muchos casos a llenar únicamente los huecos que dejaban extintas zonas industriales(los jardines de la fábrica de La Aurora, hoy Jardines de Picasso; los depósitos de Campsa, luego el Parque Huelin) o descampados en el entonces extrarradio, como el que luego dio lugar al Parque del Oeste.
La estrella de la charla, por supuesto, fueron los antiguos terrenos de Repsol. Javier Gutiérrez del Álamo defendió el proyecto actual de los cuatro rascacielos y los 77.000 metros cuadrados de zona verde y cuestionó el dinero y también el tiempo que costaría cambiar el PGOU para dar cabida al bosque urbano.
Con respecto a éste, el que cuestionó el contenido botánico fue el biólogo Ernesto Fernández Sanmartín: se preguntó la pertinencia de un encinar en la parcela.
Por su parte Javier López y Ana Ferrer abogaron por el bosque urbano con la mente puesta en las generaciones futuras y por la necesidad que hay de verde en ese rincón de Málaga.
En lo que sí coincidimos la mayoría de los intervinientes, salvo el director de Parques y Jardines, fue en que había que propiciar una zona verde con el mayor terreno posible, por las posibilidades históricas que supondrían para Málaga.
En este sentido un miembro del público, Ángel Sánchez Blanco, el catedrático de Derecho Administrativo, académico de Ciencias y colaborador de la plataforma del Bosque Urbano, puso en duda que fuera tan traumático un cambio del PGOU mientras que Miguel Ángel Peláez, el abogado malagueño y anterior presidente de la Asociación de Amigos de la Concepción, argumentó que si la burguesía malagueña de finales del XIX hubiera tenido las trabas burocráticas y económicas que plantea el Ayuntamiento, nunca se habría construido el Parque de Málaga, por eso abogó por plantear en los terrenos de Repsol un Parque de Málaga para el siglo XXI en esos terrenos entre la Carretera de Cádiz y la Cruz del Humilladero –ya tan densamente poblados– y por supuesto sin torres ni espacios comerciales. ¿Dónde hay que firmar?
Vázquez, tan riguroso defensor y recuperador de tantas claves malagueñas, creo que no está muy fino en la defensa PSOÍSTa (DEMAGÓGICA Y MENTIROSA) de este «bosque» sin financiación posible
este parque ya proyectado, mayor que el paseo-parque de Cánovas, depende de QUE los rascacielos paguen lo que les corresponde.
Sin dinero, nada es posible en este mundo traidor.
Me resulta sorprendente la supuesta traba de la financiación para hacer el Gran Parque que el oeste de Málaga tanto necesita. Sin embargo, hubo 30 millones de euros para un Mueseo de Gemas que no existe y lo hubo y lo hay para otras tantas cosas.
El Ayto. se gasta dinero en tonterias pero Málaga sigue siendo una de las ciudades donde más árboles y más zonas verdes hacen falta, ojalá se haga este bosque y no esos horribles rascacielos.