El periodista e investigador recibió la estrella de oro Feniké de la asociación Zegrí a título póstumo. Podría contar con un espacio público en Málaga este año.
Como ayer informó La Opinión, el pasado martes tuvo lugar en el Teatro Alameda la entrega de los premios Estrella Feniké de la Cultura de la asociación cultural Zegrí. Se trata de un colectivo, presidido por Salvador Jiménez, que con sus 700 integrantes, entre socios y voluntarios, se ha convertido en un ejemplo muy importante en Málaga de eso que los políticos han bautizado como «sociedad civil», en lugar de «sociedad» a secas, como se decía antes, para diferenciarla, suponemos, de la Sociedad Filarmónica o de la de Amigos del País.
El caso es que, retomando las expresiones extraterrestres de nuestros políticos malaguitas, Zegrí se ha encargado de «poner en valor» Málaga, o como se decía antes sin tantas alharacas, ha logrado realzarla, convertirla en protagonista gracias a la divulgación de su Patrimonio y su Historia con visitas guiadas y charlas.
Un servidor no sabe de dónde saca el tiempo, siempre gratis et amore, pero donde hay un hueco en la agenda y un salón de actos allí se encuentra Salvador Jiménez impartiendo una conferencia sobre la historia del Parque o desvelando los secretos de la Alcazaba.
Por eso, ha sido un hermoso gesto de este colectivo el haber acordado que la estrella de oro, el galardón especial, la reciba el periodista y académico de San Telmo Julián Sesmero Ruiz a título póstumo.
Sin duda, existe un nexo de unión entre la labor de este malagueño enciclopédico y el trabajo que hoy desarrolla Zegrí. Han sido miles los malagueños que han descubierto que su ciudad merecía la pena gracias a Julián Sesmero, en unos años en los que era complicado verle el lado bueno e incluso algunos paisanos la incluían en el dudoso pelotón de las ciudades más feas o cuando menos insulsas de España, sin mucho que ofrecer y por tanto, merecedora de un desarrollo urbanístico salvaje, para reinventarla desde cero.
En esa labor de dignificación de Málaga mediante la divulgación de su pasado y sus tesoros histórico-artísticos ha tenido un papel central Julián Sesmero gracias a sus artículos, charlas y libros que nos enseñaron a caer en la cuenta de que el título de Ciudad del Paraíso no era algo irónico sino merecido, que había que volver a hacer realidad.
El martes su hijo Julián, que recogió el premio junto con su madre, Fela Carrasco, viuda del periodista, confiaba en que el premio fuera el inicio de un reconocimiento institucional a la figura de su padre. Y hay que recordar que su importante archivo lo conserva, convertido en un completo centro de estudios e investigación Julián Sesmero, Alhaurín de la Torre, a la que el periodista donó su legado.
Fallecido en 2011, el Ayuntamiento de Málaga le dedicó una calle que, parece, será finalmente un espacio público que se inaugurará este año. Qué menos para este gran personaje de Málaga que nunca fue nombrado Hijo Predilecto de su ciudad, por incomprensible que parezca.
Don Julián también era Académico de la Academia Malagueña de Ciencias.