San Agustín y las dos escuelas de pensamiento

18 Feb

En el despiporre que padece desde hace 20 años el Colegio de San Agustín influyen desde el expresidente de un club de fútbol hasta un expresidente del Gobierno.

Cuando a un político se le pregunta por un equipamiento enquistado de Málaga, de esos que no hay visos que se lleve a cabo ni con la intervención de una potencia extraterrestre, suele contestar siguiendo las escuelas de pensamiento de Manuel Ruiz de Lopera y José María Aznar, a saber: «El asunto está en lo alto de la mesa» (expresión recogida en parte en el diccionario Español-Lopera) y «estamos trabajando en ello» (de la etapa tejana del expresidente), respuestas con las que se quita de en medio al moscón del periodista.

Y así, cuando un servidor preguntó este año a la delegada de la Junta del ramo sobre el convento de la Trinidad, respondió que aunque no había previsto dinero alguno este año, el asunto seguía «sobre la mesa», que es una variante loperiana.

Por este motivo, resulta enternecedor que la Junta de Andalucía, a su vez antigua propietaria del ruinoso y olvidado Colegio de San Agustín, pida una solución al Gobierno central, actual propietario, cuando todo el mundo sabe que está trabajando en ello. Es más, en estos 20 años, casi 21 de abandono, uno se imagina a cuadrillas de altos cargos, primero de la Junta y ahora de la administración central, turnándose día y noche con termos de café y sandwiches, en cónclaves maratonianos para trabajar sin descanso por los antiguos terrenos de los agustinos.

Los niños que hoy lucen canas o que incluso no lucen pelo, todavía recuerdan la figura admirada y severa del padre Andrés Llordén asomado al patio –hoy olvidado y sin la escalera de entrada–, circunstancia suficiente como para que enmudeciera la legión de chiquillos. Puede decirse que con la misma disciplina han trabajado las dos administraciones, ya sea en la modalidad «en lo alto de la mesa» o en la antes descrita.

Por barajarse opciones, como en su día adelantó La Opinión, el antiguo convento, colegio y facultad de San Agustín pudo ser hasta Subdelegación del Gobierno, antes de que los políticos se decidieran por el Caleta Palace-18 de julio y lo pintaran de amarillo cortijero, proceso contrario al seguido por el Hotel Miramar.

Lo inquietante del asunto es que un nexo común parece unir no sólo al convento de la calle San Agustín con el de la Trinidad sino también al bloque del Astoria. Tres edificios, cada uno de ellos responsabilidad de una administración distinta (central, autonómica y local) e idéntica desgana.

No le den más vueltas, en muchas ocasiones cuando un político malaguita recurre a estas dos escuelas de pensamiento para dar cuentas de un equipamiento olvidado de la mano de Dios se debe a tres motivos: el asunto está arrumbado en un rincón, no hay un puñetero euro o nadie tiene ni idea de qué destino darle, pues la noria panorámica ya ha sido instalada en el Puerto. El problema viene cuando estos tres factores se suman. Temblemos entonces porque el convento de San Agustín lo tiene nuestro Gobierno en lo alto de la mesa, cerquita de su corazón y lo peor de todo, ya lo intuyen, es que está trabajando en ello.

Una respuesta a «San Agustín y las dos escuelas de pensamiento»

  1. La situación del antiguo Colegio de San Agustín es incomprensible. La solución de convertirlo en sede de la Biblioteca Provincial parece idónea, ya que se trata de un fondo muy rico, que estaría en un local necesariamente amplio, céntrico y ya de titularidad pública. ¿Tan caro resulta el traslado y la organización? Por favor, den respuesta quienes deben darla.

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