El riesgo de una lluvia de albondigones

9 Feb

El pinar de los terrenos del Hospital Civil, junto a la calle Velarde, atesora una nutrida colonia de cotorras argentinas con nidos como tolondrones gigantes.

Los expertos suelen concluir que si el litoral de Cádiz no es un paseo marítimo continuo con edificios en primera línea de playa –como por desgracia ocurre con el litoral de Málaga– se debe a dos importantes factores: el viento y el Ejército.

La ventolera perpetua sin duda encandila a los surferos pero no a todo tipo de turistas y el hecho de que el Ejército tuviera tanto terreno en la estratégica zona del Estrecho ha salvado la provincia de la masificación, aunque poblaciones como Algeciras ostenten de vez en cuando el título de ciudad más fea de España, prueba de que tampoco los vecinos lo han hecho del todo bien.

Pero incluso en el corazón de Málaga tenemos un parcelón que no ha caído en la urbanización estajanovista por un asunto parecido al de Cádiz. Nos referimos a los amplios terrenos que rodean el Hospital Civil, propiedad de la Diputación, lo que ha convertido este espacio en una isla muy agradecida a la vista y a los sentidos.

Precisamente este islote de construcciones bajas y verdor cuenta con un pequeño pero concurrido pinar, caso insólito en esos andurriales. Asomado a la calle Velarde, lo llamativo de esta arboleda, mencionada no hace tanto en esta sección, es que condensa una de las colonias de cotorras argentinas más importantes de la ciudad y por eso mismo, más escandalosas. De hecho, para que se hagan una idea del estruendo el ruido sólo es comparable al que emiten algunos tertulianos televisivos –reputados expertos en política nacional– cuando compiten con el de enfrente en quién grita más alto.

Pero el problema de este exótico pinar no son los graznidos cotorriles sino los nidos que se están montando las aves, auténticos palacetes de exgerentes de Urbanismo de Marbella, más parecidos a la piedra rodante que trató de planchar a Indiana Jones que a un nido tradicional.

Hace años el Ayuntamiento eliminó uno de estos tolondrones de un gran ficus junto al Colegio Ciudad de Jaén, en Churriana, a la entrada de la calle Torremolinos. En la calle Velarde la Diputación tiene la oportunidad de hacer algo similar, cuando menos con los pinos cuyas gigantescas ramas sobrevuelan la acera, pues si el viento echa abajo uno de los nidos, el agraciado que pase justo en ese momento quizás no lo cuente y los coches aparcados recibirán algo más que un rasguño.

En las pasadas elecciones el candidato popular Francisco de la Torre y el presidente de la Diputación Elías Bendodo anunciaron un parque en la zona de unos 6.000 metros cuadrados. En ese caso sí que habría que hacer una limpieza más a fondo pues nadie desea para la inauguración una lluvia de albondigones.

El ejemplo

Y al otro lado de la calle Velarde, el cuerpo sin vida del antiguo convento de la Trinidad. Como anunció la delegada del ramo, aunque con otras palabras, la Junta ni está ni se el espera este año en relación con el convento. Ejemplar.

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