Repsol, la oportunidad para dejar la vía estrecha

23 Ene
Ana Ferrer y Francisco Javier López, impulsores de la Plataforma Bosque Urbano Málaga

Hace unas semanas, en la sección de este diario Mirando Atrás, el grupo de botánicos malagueños que en los 90 diseñó el fastuoso jardín tropical de Atocha recordaba cómo se tuvieron que enfrentar a la negativa de Renfe, que sólo quería locales comerciales y del arquitecto Rafael Moneo, que para ese espacio sólo planteaba un trenecito hecho de setos. Fue el apoyo de un ministro el que hizo posible esta propuesta que hoy es el mayor reclamo de la Estación de Atocha.

También Málaga habría tenido una estación muy diferente al anodino espacio comercial con trenes que nos regaló Adif de haber contado con el apoyo político adecuado, pero no cayó esa breva.

En cualquier caso, esta legislatura ha abierto un hueco para la esperanza porque algunos excesos de nuevo rico alumbrados en tiempos de las vacas gordas empiezan a cuestionarse. Así ha ocurrido con la operación de Hoyo de Esparteros, ese mastodóntico hotelito metido con calzador en el Centro Histórico con la complacencia del Ayuntamiento y la Junta de Andalucía. Si este disparate salió adelante es, posiblemente, porque el arquitecto se apellidaba A en lugar de X. La oposición municipal, sin embargo, rechazó en octubre la propuesta y está por ver que se construya tal cual se plantea.

El pleno de la semana que viene también es esperanzador porque podría, y de momento sólo podría, tumbar otro disparate de los tiempos del ladrillo: las torres en los terrenos de Repsol. Unas 1.300 viviendas para una de las zonas más densamente pobladas de Europa. Una broma pesada capitaneada por el mismo partido que en las elecciones municipales de 2003 prometía en esa parcela un gran parque público sin rascacielos.

La vía estrecha.

Esta semana el autor de estas líneas pudo conocer en esos terrenos a los responsables de la Plataforma Bosque Urbano Málaga, que ya tiene el respaldo de cerca de 18.000 personas (y creciendo) y que pretende desterrar las viviendas y convertir la parcela en un gran bosque. Francisco Javier López, uno de los impulsores de la iniciativa, subrayaba que no había ningún sesgo político en el plan y que sólo trabajaba pensando en los nietos de su nietos para que Málaga contara al fin con una suerte de Hyde Park. Y esto es lo que falla en el político-negociante de nuestros días, una visión siquiera a medio plazo que vaya más allá de los cuatro años de legislatura.

Está por ver si Ciudadanos, que se abstuvo la semana pasada en la moción del PSOE que pedía un enorme parque sin edificios en esta zona, la más castigada por el Urbanismo-basura, mantendrá la abstención o si se unirá al proyecto popular de seguir con las torres, ampliando, eso sí, un poco el parque.

Málaga está ante la oportunidad histórica de dar la espalda a su dudoso historial urbanístico y de disfrutar al fin de una zona verde de su categoría o seguir en la misma línea de siempre, esa que algunos pensaron para la madrileña Estación de Atocha: la vía estrecha. Habría que pensar en los nietos de nuestros nietos. Suerte.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.