La araucaria gigante detrás de las Hermanitas de los Pobres podría ser junto a un ficus vecino el último rastro del Jardín de Aclimatación de Abadía.
Donde hoy difícilmente hay espacio para que crezca en condiciones una ortiga se extendieron durante algo menos de dos décadas del XIX diez fanegas de tierra con cosechas experimentales de patatas, moreras y hasta algodón de Pernambuco (que existe, está en Brasil).
En el plano de Málaga de Rafael Mitjana de 1838 aparece, al pie del Camino de Churriana, junto a la ferrería de Heredia y frente al arroyo del Cuarto el jardín de Aclimatación del militar valenciano Francisco Javier Abadía, que llegó a ser ministro de Guerra en tiempos de la Guerra de la Independencia.
El jardín, del que también se hizo cargo su vecino Manuel Agustín Heredia, estuvo en funcionamiento desde 1821, aproximadamente, hasta 1841, con una interrupción de algunos años al poco de nacer.
El caso es que en 2003, cercado por unas obras municipales, se desplomó un ficus centenario de unos 15 metros de altura en la Explanada de la Estación. Es muy probable que fuera uno de los últimos supervivientes de este jardín de aclimatación, en principio un espacio para experimentar pero también para que las plantas venidas de América se aclimataran antes de ser introducidas en Europa. Queda en pie, sujetado por un soporte de hormigón, otro ficus a pocos metros del caído, pero también es posible que del jardín de aclimatación formara parte una soberbia araucaria, todavía en buen estado de revista, situada muy cerca, en la calle Juana Jugán, la que pasa entre la parte posterior de las Hermanitas de los Pobres y la antigua fábrica de Lapeira.
Aunque está casi pegada a la tapia de las Hermanitas de los Pobres, no formó parte de sus jardines. Es más, quién sabe si el árbol no fue un hito para marcar el terreno donado por los Larios a beneficencia.
Poco se sabe de este Jardín de Aclimatación de Abadía, salvo que por un error de interpretación alguien bautizó la urbanización próxima a estos terrenos como El Jardín de la Abadía, como si la zona hubiera sido el territorio de algún abad.
Puede que el ficus de la Explanada de la Estación y la araucaria de la calle Juana Jugán sean los dos últimos supervivientes de este sueño de progreso y botánica de la Málaga del XIX.
Escándalo
Entre las inaceptables medidas tomadas por nuestro Ayuntamiento en materia medioambiental en los últimos años, un informe del Área de Gobierno de Sostenibilidad Medioambiental señala que en 2014 se gastaron nada menos que 576.000 euros en un plan de asfalto «para bacheo y sellado de griegas (sic)».
Si el Gobierno de Grecia emite una dura nota de condena por estas prácticas que escapan a toda lógica luego no nos llevemos las manos a la cabeza. Mandemos un claro mensaje a nuestros políticos: No, al bacheo y sellado de las mujeres griegas… ni de ninguna otra nacionalidad, claro.
Yo soy tan mal pensado que creo que el ficus gemelo del que hablan en la c/ Ingeniero Garnica, se lo cargaron de mala manera. Abrieron una zanja justo al lado del tronco y se derrumbó. Lo mismo le iba a pasar al de al lado y los vecinos protestamos y dijeron que estaba sin raíces. Mentira!!! Se estaba cayendo por la zanja, menos mal que alguien con dos dedos de frente, se le ocurrió ponerle unos pilares para sujetarlo y hoy está muy hermoso. El ficus de las muletas…..
La araucaria se plantó al terminar la obra de la fábrica de A.Lapeira según foto que poseo donde se ve con un metro de altura,por lo cual es más reciente que dicho jardín de aclimatación de la Abadía.
Añado que el terreno donde está la araucaria pertenecía a la fábrica y era una calle privada de entrada a esta.