Lluvia de pétalos frente al puerto de Málaga

6 Nov

El otoño nos deja el espectáculo de las alfombras de pétalos de las dos chorisias, en un entorno recuperado tras las obras en un veterano edificio en ruinas.

El poeta Alfonso Canales, que vivía en las inmediaciones, contaba que había visto crecer el famoso árbol Barrilito, aunque en realidad de lo que fue testigo es de verlo ensancharse hasta alcanzar las hechuras actuales de prominente tonel. Los que hoy son oficialmente los Jardines de Alfonso Canales, popularmente conocidos como los Jardines del Barrilito, se han convertido en una zona de paso frecuentada sobre todo por turistas.

Con el añadido de la rampa presidida por el Cenachero y que conecta con la plaza de la Marina y la eliminación de algunos árboles que le daban un aspecto siniestro, la zona ha ganado bastante. La mayoría de los malagueños recordará esa sensación de dejar atrás la plaza de la Marina en dirección al Puerto y toparse con un ambiente barriobajero, simbolizado por los vendedores de tabaco de contrabando y las ruinas del edificio que durante años lució un cartel que animaba a visitar las Cuevas de Nerja.

De lo que no hay duda es de que a la mayoría de las plantas la estación que más les luce es primavera, pero eso no desmerece a las otras tres, sobre todo en Málaga. A este respecto La Opinión mostró hace un par de años en un amplio reportaje la de sorpresas que La Concepción ofrece en otoño. Pero si se dan una vuelta por los Jardines de Alfonso Canales comprobarán lo bien que el otoño le sienta a esta pequeña y veterana zona verde.

Lo más espectacular sin duda son las dos chorisias, incluida la del famoso Barrilito. Con la llegada del otoño, pero sobre todo de las últimas lluvias, puede admirarse el suelo florecido, ocupado por una alfombra de flores secas de gran tamaño que todavía no han perdido su belleza. Las de la chorisia de menor tamaño son rosas mientras que el Barrilito ha tapizado la tierra de enormes flores amarillas.

A la exuberancia de este regalo otoñal hay que sumar que las obras en el vecino hotel de la calle Vendeja siguen a buen ritmo. Ha sido muy discutida en las redes sociales la demolición de la fachada de esta calle, declarada en ruina y que desde luego podía haberse reconstruido. En todo caso también hay que mencionar que el proyecto conserva el patio de la vivienda, la fachada principal del XVIII que da a Trinidad Grund y rescata del olvido el edificio que hace esquina con la plaza de la Marina, del XIX. Por todo ello está a años luz de la tropelía de Hoyo de Esparteros y en líneas generales supone la recuperación de este trozo de Málaga echado a perder, lo que también redunda en beneficio del Jardín, que cada día se convierte más en una simbólica embajada botánica de Málaga.

Durante años se habló de una gran alfombra que comunicara el puerto con la calle Larios y evitara a los peatones la barrera de coches del Paseo de los Curas y el Muelle de Heredia. Sin que hay podido extenderse del todo, aquí tienen ustedes, a la vuelta de la esquina, una alfombra de chorisias mientras en media Europa hace semanas que nadie sale sin bufanda. Casi nada.

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