El Ayuntamiento repondrá el parque infantil quemado hace un año junto a la Laguna de la Barrera. La Policía Local detuvo a dos menores.
Todo sucedió como en los cuentos de terror, por la noche. Fue un sábado del año pasado, en vísperas del día de la Virgen de la Victoria. Un parque infantil vecino de la laguna de la Barrera, en la Colonia de Santa Inés, ardió como una tea y el fuego interrumpió el sueño alado de los patos y ánades que dormían a pocos metros.
Las llamas de fuego se reflejaron en la laguna, que como ustedes saben nuestro Consistorio permite que siga siendo un vertedero submarino y como vimos hace pocos días en esta sección, las orillas exhiben una vergonzosa colección de detritus, inaceptable en cualquier ciudad civilizada y respetuosa con el Medio Ambiente.
Como indicó el Ayuntamiento el parque infantil incendiado estaba fabricado con materiales ignífugos, al igual que todos los parques infantiles de Málaga. Y sin embargo ardió, por lo que ya al día siguiente los munícipes dedujeron que para que ardiera alguien tenía que haber utilizado un producto inflamable «para producir la combustión». Conclusión: no era un fuego de San Telmo sino algo más próximo a los júas pero sin el elemento festivo pues se trataba de un presunto acto vandálico.
Días más tarde, el 11 de septiembre –festividad de San Jordi, padre de la patria andorrana– el grupo de investigación de la Policía Local detuvo a dos mozuelos de 16 y 17 años, acusados de haber convertido presuntamente el parque infantil en un churrasco pero también de provocar varios incendios más en la misma noche terrorífica, entre otros en un contenedor en la calle Andrés Bernáldez y una palmera entre las calles Juan Francés Bosca y Max Aub.
Si esto es así y de presuntos han pasado a culpables, fíjense en su carrera de Humanidades: un contenedor, una palmera, un parque infantil…. ¿Qué diría Erasmo de Rotterdam de esta exhibición de sensibilidad con las plantas, con los niños, con los congéneres…?
Hay que confiar en que muchos adolescentes pasan por una fase vandálica sustentada en un batiburrillo de ideas desenfocadas que entronca con las pruebas del paso de la adolescencia a la madurez de las tribus prehistóricas. Confiemos en que más pronto que tarde sean conscientes de su burricie y pasen a una etapa vital más sana y en suma, alejada del mechero.
Mientras tanto, el pasado viernes el Ayuntamiento anunció la licitación para hacerse con un parque que sustituya al carbonizado. En la actualidad, del espacio de juegos sólo quedan parte de las vallas y la huella chamuscada del fuego en los restos del suelo.
El importe total de la gamberrada será de más de 42.000 euros. Dinero de nuestro bolsillo por una presunta Danza del fuego de dos desorientados muchachuelos. Ni Manuel de Falla sacaría una nota musical aprovechable de semejante noche de terror.
Ojalá que la broma y la multa al canto les cambie la vida. Si es así la nuestra también mejorará.