Callejerólogo, especialidad rotulita

15 Ago

Entre los expertos en el callejero existen a su vez especialistas en los diferentes rótulos que ha ido dejando el paso de los años por nuestras calles

En Málaga abundan, como en la mayoría de los ciudades, los callejerólogos, los expertos en el callejero e incluso libros hay en los que se exponen diferentes teorías sobre quién fue el protagonista de la calle Martínez, la calle Ernesto o la famosa calle Pito, sujeta a diferentes interpretaciones (la leyenda más extendida, de dudosa veracidad, es que debe su nombre a una pertinaz casa de citas).

Dentro de los callejerólogos malaguitas existe una especialidad que no todos siguen y que más que en el contenido se quedan en el continente. Hablamos, por supuesto, de los rotulitas, los expertos en los diferentes rótulos que jalonan nuestras calles porque, pese a los intentos de uniformidad de los diferentes ayuntamientos, es inevitable que muchos se superpongan.

Uno de los intentos más logrados y exitosos de uniformidad fue la rotulación homogénea del Centro Histórico, llevada a cabo hacia 2002. Lo que quizás no sepan muchos malagueños es que se siguió el tipo de letra de la Antigua Casa de Guardia, con la primera letra de cada palabra en rojo y el resto en negro.

Sin embargo, esta rotulación y la del resto de la ciudad ha respetado algunos de los rótulos de cerámica verde con letras blancas que se extendieron por Málaga después de la Guerra Civil y que se siguieron empleando en las décadas siguientes. Así, el cartel artístico de hierro forjado que anuncia la Alcazaba y el Teatro Romano es de comienzos de los 60 y formó parte de una campaña de embellecimiento de la ciudad por el que ganó un premio nacional.

Las ordenanzas del callejero municipal reconocen tres tipos de rótulos: el del Centro Histórico, los conmemorativos y de homenaje y el resto. Entre los rótulos conmemorativos tenemos el famoso de calle Córdoba, el de la avenida de Barcelona y también el del paseo de don Juan Temboury, cerámica de los años 70 de Juan Ruiz de Luna, el padre de la recién desaparecida Amparo.

Antes de que hace unos 12 ó 13 años un grupo de semisalvajes con estudios aprobara la demolición del barrio obrero del Paseo de los Tilos, de hacia 1875, persistían en nuestra ciudad los que posiblemente eran los rótulos más antiguos. El barrio demolido gracias a estos cabestros pensantes lucía viejos rótulos amarillos con letras azules de las calles San Salvador, Pasage de Riva (sic) y Cameros, el pueblo riojano de los Larios y los Heredia.

En la actualidad sigue la sopa de colores en los rótulos del resto de la ciudad. Tenemos el modelo de letras verdes sobre fondo blanco, el de los años 30 del siglo pasado, el azul con letras blancas y otro anterior de parecidos colores pero de letras blancas más finas, muy extendido en los años 70 y 80 y que no ha desaparecido del todo, además de los conmemorativos.

Cualquier intento de homogeneización lo que hace es enriquecer lo anterior, que no desaparece del todo. Qué quieren que un servidor les diga: como rotulita aficionado, en la variedad está el gusto.

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