Cualquier cambio estético en el mercado de la Merced mejorará este soso contenedor. Ya se aprecian vivos colores. Por ahí asoma el mercado gourmet
El edificio del Mercado de la Merced pertenece a ese tipo de arquitectura que, lejos de adaptarse al entorno –la famosísima expresión establecer un diálogo– se limita a ser un objeto caído del cielo, una sosería que cumple su labor de escueto contenedor de varios departamentos oficiales y comerciales, desde pescaderías a una comisaría, desde una sala de exposiciones a una librería de segunda mano en tiempos pasados.
En este sentido recuerda al contenedor ferroviario que sustituyó a la antigua estación de tren, de ahí que un servidor crea que pocos malagueños serían capaces de dibujar de memoria la estación María Zambrano porque pertenece a la familia de las construcciones clónicas y anodinas. Como el Mercado de la Merced.
Pero algo está cambiando y parece que a mejor. Las obras de reforma marchan a todo trapo para que, al menos durante la próxima Feria de Agosto, abra sus puertas el nuevo mercado gourmet, aunque la inauguración oficial será en septiembre.
Ya se aprecian en la estructura los primeros cambios. El edificio está rodeado de una suerte de armazón que muestra una celosía de metal que seguramente por lo soso del conjunto había pasado desapercibida para casi todos. Ayer, los pintores estaban pintándolo de rojo y es como si dijera, al cabo de tantos años, eso de aquí estoy yo. En efecto, está quedando hasta bonito y se aprecia cómo, con un poco de imaginación y pequeños cambios el Mercado de la Merced podía haber mejorado de aspecto hacía mucho tiempo.
No será, ya lo sabemos, un dechado de originalidad. En Málaga suelen estrenarse novedades vistas hasta en la sopa y lo hemos comprobado hace bien poco con el anuncio de una noria londinense para el Puerto. Pero el mercado gourmet, que tendrá como modelo el Mercado de San Miguel de Madrid, devolverá pulso y vida a este sosísimo y deprimente contenedor caído del cielo para aterrizar entre el Teatro Cervantes y la Casa Natal de Picasso. Casi nada. Sólo por la mejora el mercado gourmet ya es bienvenido.
Mugre
Y arrecian estos días las críticas al trabajo de Limasa, un trabajo que hasta el mismo concejal de Medio Ambiente ha cuestionado hace poco. Curiosamente, antes de este público reconocimiento de inoperancia, allá por San Fermín esta sección se refirió a algo sintomático,vecino del Mercado de la Merced: la esquina de la Casa Natal de Picasso con un alto índice de vida bacteriana, un rastro de porquería a la vuelta de la esquina picassiana que partía de una señal de tráfico y se adentraba por la calle de la Merced, pegada al bloque de viviendas en el que nació el pintor.
No hace falta irse por tanto a los barrios para encontrar la mugre. Convive con malagueños y visitantes de todo el planeta. Hora es de cercarla hasta que desista en sus fines.