Una explicación a los dos minutos de la EMT

27 Jun

Los paneles de los autobuses con los minutos que restan para la llegada del autobús siguen siendo un misterio para numerosos usuarios

Pese a que personajes como Albert Einstein –cuando no tocaba el violín– Marcel Proust o Stephen Hawking se han devanado los sesos para explicarnos los vericuetos del tiempo, lo cierto es que a muchos usuarios se les hace eterno, sobre todo en la parada del autobús.

Antes, uno mataba el tiempo escuchando las charlas que se daban entre los usuarios de la cola o tomando parte en ellas, pero el éxito de la abstracción unipersonal que ofrecen los teléfonos móviles ha convertido las colas de los autobuses en la procesión del Silencio de Sevilla.

Para aliviar la espera, la EMT instaló hace unos años los marcadores que indican cuánto tiempo queda para que llegue el autobús. Pero ni siquiera con este adelanto un porcentaje importante de usuarios ha podido calmar su ansiedad, sin ser conscientes de que sólo están esperando al autobús y no a Godot.

La ansiedad se produce en estas mentes prusianas al comprobar que los minutos de espera que anuncia el panel no se corresponden con la realidad. Las críticas suben de tono cuando se llega a los fatídicos dos minutos para que llegue el autobús. Como Thomas Mann o Immanuel Kant, que hacían siempre el mismo paseo con la misma duración, estos usuarios cronometran los dos minutos y constatan que, efectivamente, entre los dos minutos de reloj y el tiempo real de espera hay un majao.

La EMT ya lo ha explicado más de una vez, incluso tiene un blog en el que aclara esta cuestión cronométrica, pero lo explicaremos también en esta sección: los 2 minutos de teórica espera es el tiempo estimado entre parada y parada. No quiere decir que el coche, como se decía antes, llegue en dos minutos.

Porque puede que en la parada anterior el autobús haga una parada técnica dado que el conductor necesita hacer aguas menores o que aguarde a que suban todos los integrantes del Orfeón Donostiarra. En esos casos, el tiempo sólo empieza a disminuir cuando el coche sale de la parada, y si no se avería,se topa con la salida de los rocieros para la aldea de Almonte o algún atasco, sólo entonces se hará realidad el tiempo estimado de 2 minutos que al ser estimativo es sólo eso, un cálculo aproximado entre una y otra parada pero a partir de que el autobús se ponga en marcha. A mandar.

Microperforaciones

Lo que sigue a la espera son las anunciadas microperforaciones en las franjas que taponan la luz, el paisaje y las ilusiones de verano en los nuevos modelos de autobuses de la EMT. En realidad, pese a que tantos usuarios se ensimisman con los móviles, todavía queda un porcentaje importante de viajeros de autobus que se dedica al noble deporte de otear por la ventana.

En ese sentido las franjas, tengan perforaciones o no, carecen de él –de sentido–. Son mucho mejores las ventanas libres de pegatinas, aunque eso no cuadre con el diseño exterior, que debería ser lo de menos.

3 respuestas a «Una explicación a los dos minutos de la EMT»

  1. EN CIERTOS MOMENTOS, DA VERGÜENZA VER PASAR LOS MINUTOS (DICIENDO EL PALES QUE FALTA UNO), COMO EN CUALQUIERR PAÍS SUBSAHARIANO, PRINCIPALMENTE CUANDO LA MITAD DE LOS QUE ESPERAN SON TURISTAS.

  2. Yo llevo 50 años cogiendo el autobús salvo excepciones casi siempre va bien, menos ayer el 15 que como siempre tiene sus grandes desajustes no se de quien es la culpa pero estropean muchos planes por falta de impuntualidad yo hablo de esa linea porque la conozco hace 30 años y sigue igual, supongo que habrá otras.

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