Las vetustas escaleras de acceso al cuartel y la plaza de Capuchinos ynecesitan algo más que un remiendo para no caer con todo el equipo
La trama urbana de Málaga, comprimida por los Montes, nos ofrece en ocasiones barrios que habrían sido ideales para Edmund Hillary, el primer montañero en escalar el Everest. Rincones de nuestra ciudad como Mangas Verdes, el Monte Sancha, el Cerrado de Calderón y qué decir de Olías, nos animan a ir por la vida pertrechados con cuerdas y bastones alpinos si queremos recorrer a pie esos andurriales.
En las zonas más altas de Mangas Verdes, pero también en la pronunciada cuesta de bienvenida al Cerrado de Calderón el Ayuntamiento ha optado por rallar el asfalto para que los coches no terminen en los Cerros de Úbeda y al menos en Mangas Verdes, con un tráfico más reducido, el peatón opta por la calzada rallada, que agarra mucho más que las aceras.
De las cuestas empinadas da cuenta también el callejero, en el que encontramos la calle Alta o el Altozano pero también el pasaje del Cuartel de Caballería, conocido popularmente por los estudiantes que trepan por él rumbo al Ejido como la cuesta del coño, con perdón, nombre popular que a veces también recibe la vecina calle Carrión, pues esa interjección es la que sueltan muchos mientras la ascienden como pueden.
Con nuestro peculiar entramado de cerros, colinas y lomas transformados en calles es lógico que abunden las escalinatas para salvar tanto accidente geográfico. La paradoja es que algunas de ellas pueden a su vez provocarnos accidentes.
En el primer puesto de peligrosidad destaca sin duda la escalinata que da acceso al cuartel y a la plaza de Capuchinos, de la que nos hemos ocupado alguna vez, lástima que no se ocupe de ella el Ayuntamiento.
No imaginen esta vetusta escalinata, de cuando Valle-Inclán era mozuelo, como escenario de la mítica escena de El acorazado Potemkin: su director, Sergei Eisenstein, se caería literalmente con todo el equipo.
Una escalinata tan veterana y de tanto trasiego, en nada comparable, por ejemplo, con la principal de la Catedral mucho menos trasegada, presenta por el paso del tiempo –y de los peatones– un desgaste que en algunos peldaños podemos hablar de desplome.
Un servidor ignora el aspecto técnico de la rehabilitación y si podría contar con los servicios urgentes de un marmolista. ¿Es posible completar los mil y un trozos gastados o desprendidos?
En todo caso, el Ayuntamiento ha dispuesto tres tramos de barandilla pero si el desgaste continúa, lo que tendrá que instalar es una tirolina o un trenecito cremallera.
Las almenas
Y en un lateral del cuartel, en la poco concurrida calle dedicada a San Félix Cantalicio el paseante que haya sobrevivido a la escalinata antes mencionada podrá contemplar las almenas y garitas del viejo cuartel, como ocurre en calle Velarde con el de la Trinidad.
Está muy bien tu trabajo porque nos avisas de las zonas de Málaga que si pasas por ahí corre peligro,me parece que tienes trabajo para rato porque las personas competentes no ponen ningún interés en solucionar los problemas. Un abrazo.
el abandono del eje capuchinos olletas y segalerva es absoluto, parece un barrio de las afueras de una ciudad de 3ª categoría