El vestigio industrial que los políticos ignoran

15 May

Desde que fue instalada en los años 90, la gigantesca máquina de vapor de la Avenida de Andalucía sigue sin placa identificativa alguna

Cuando al millonario alemán Heinrich Schliemann se le metió entre ceja y ceja que iba a descubrir Troya, el hallazgo de un montón de joyas y vajillas de oro y plata en un tostado montículo de Asia Menor le hizo concluir que se había topado nada menos que con el tesoro de Príamo, el rey de Troya y por tanto, con el estrato de la famosa guerra contra los griegos.

Acertó con el sitio pero no con la profundidad de las excavaciones. Puede decirse que la Troya de Helena, Paris y compañía no estaba tan al fondo, sino un poquito más hacia la superficie. La verdad es que el error se habría subsanado si los troyanos hubieran dejado de recuerdo algunas placas identificativa. Pero no pidamos peras al olmo en esos tiempos tan arcanos.

Lo llamativo es que 140 años después de las excavaciones de Schliemann un arqueólogo moderno tendría los mismos problemas si, en un hipotético escenario, tuviera que excavar algunos rincones de la Málaga de nuestros días, sumergidos por alguna catástrofe -y toquemos madera–.

Cuando con la ayuda de dos potentes grúas sacara a la superficie una enorme máquina en la parte central de la Avenida de Andalucía, cerca del puente de las Américas, le llamaría la atención el que esta pieza digna de un museo y anclada en un gigantesco cuerpo de hormigón careciera casi por completo de pistas para poder identificarla.

Posiblemente el arqueólogo tendría más indicios del autor del Lazarillo de Tormes que de la identidad de esta compleja pieza, pues sólo luce una placa con la marca de la fábrica y el año de fabricación: Cie de Fives Lille. France-1929.

El arqueólogo comprobaría asombrado que, a pesar de los muchos años que llevaba expuesta en la Avenida de Andalucía, el Ayuntamiento de Málaga no habría tenido el más mínimo interés en identificar la pieza. Y ni siquiera la proximidad de la sede del partido que gobierna el Consistorio desde hace 20 años habría empujado a los políticos a interesarse por ese pasado industrial de Málaga que tenían, literalmente, a la vuelta de la esquina.

Porque desde luego lo que no puede deducirse es que la máquina abulte poco. Llamativa es, pero a nuestros políticos malaguitas el patrimonio industrial, en líneas generales, no es algo que les quite el sueño y son los colectivos ciudadanos los que siempre han llevado la iniciativa.

Como alguna vez hemos comentado, el cacharro anónimo es en realidad la máquina de vapor de la Azucarera Hispania, cerca de la desembocadura del Guadalhorce, industria que estuvo abierta desde el año 32 hasta 1994. Poco tiempos después la máquina fue trasladada a la avenida y ahí sigue, como un armatoste olvidado. El soldado desconocido.

Hasta la fecha, nuestro Ayuntamiento no ha tenido ni dinero ni interés para identificar el aparatito. Los arqueólogos del futuro tendrán tarea por delante.

Una respuesta a «El vestigio industrial que los políticos ignoran»

  1. Quisiera saber, que hace un concejal de cultura sin interesarse por los elementos históricos de una ciudad, mas allá que el oportunismo del momento por cualquier circunstancia, donde le tengan que poner por delante, de lo que hablar o dar una conferencia que le tengan preparada.
    Gracias a este periodista, por resaltar la MIOPÍA cultural de ciertos políticos, que por lo visto solo le interesa el sueldo de final de mes¡¡ garantizado por cuatro años!!, a nivel Municipal en este caso, sin considerar, del que gobierna en un tiempo concreto, ni del partido que lo sustenta.
    Dado los niveles de preparación, necesarios para ejercer de políticos. en cualquier ámbito y después se quejan de la desafeccion de la ciudadanía.

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