Muro de obra en la plaza de la Judería

21 Mar

La vallita cutre del solar de la nueva plaza está siendo sustituido por un muro. El Ayuntamiento quiere que tenga una puerta para evitar montañas de basura

La plaza de la Judería se ha convertido en uno de los puntos más transitados por los turistas de Málaga. Como muchos recordarán, para abrirla fue necesario demoler una casa del siglo XVII, de la que se salvó una torre anexa, hoy un punto de atención al turista y también hubo que desalojar a vecinos y acabar con adarves que llevaban en eso que los arquitectos denominan la «trama urbana» desde la Edad Media.

El precio fue, pues, bastante alto, aunque no tanto para una ciudad que bien merece incorporar en su escudo una máquina excavadora, como loa a la construcción desaforada y sus consecuencias, una de nuestras señas de identidad (véase el último añadido esperpéntico que nuestra siempre permisiva Gerencia de Urbanismo ha autorizado en una preciosa vivienda de 1920 en plena calle Alcazabilla).

En todo caso, con paso lento, lentísimo, comienzan a producirse necesarias mejoras en este rincón de la extinta Judería. Para empezar ha desaparecido la horrenda guirnalda-cable que daba la bienvenida a los turistas desde la calle Granada. Eso sí, nuestro Ayuntamiento sigue sin colocar una señal informativa justo ahí, delante de los restos del palacio de Solesio, el empleado de la familia Gálvez, para que los visitantes sepan dónde queda la Casa Natal y dónde el Museo Picasso. A lo mejor es por vergüenza torera ante el estado del edificio. El miércoles mismo por la mañana pasó esta intersección, acompañado por una cohorte de políticos, el ministro de Justicia.No sabemos qué pensó tan alto cargo al toparse con el desmoronado palacio. Ciertamente no es de justicia que continúe así (la casa, no el ministro) después de tantos años.

Otro rincón que preocupa a vecinos y comerciantes es el solar en el que la comunidad judía una década de estas levantará la sinagoga. El solar no ocupa cualquier sitio: como saben está a escasos centímetros de la torre y a espaldas de El Pimpi.

La novedad es que la vallita con telilla verde de lo más cutre está siendo sustituida estos días por un muro de obra. El temor ahora de las personas que viven en este entorno es que los homínidos anónimos con los que convivimos practiquen el secular deporte malaguita del lanzamiento de bolsas de basura en solar cercado. En verano el panorama podría ser apoteósico.

Fuentes municipales, sin embargo, precisaron el pasado miércoles al firmante que pedirán al responsable de la comunidad judía que instale una puerta, para que sea más fácil retirar las bolsas que lancen nuestros plantígrados de mente obtusa, que como las meigas, haberlos haylos y no están en los árboles.

Por el suelo

Ayer, tirados por el suelo del Centro de Málaga, unos cuantos folletos animaban a los ciudadanos a cambiar sus hábitos y ponerse a reciclar. Con algunos de ellos habrá que seguir insistiendo.

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