La selección española artística, en el Mopam

19 Nov

Mientras se abre la Aduana, los amantes del arte no tienen, ni mucho menos, un segundo plato con los grandes pintores del Barroco en el Museo del Patrimonio

Mientras los malagueños comprobamos que la apertura del Museo de Málaga es ya una cuestión de fe, pues el palacio de la Aduana se retrasa más que el barco del arroz, en todos estos años de orfandad la sequía artística –no así la sequía arqueológica, que se ha hecho notar– no ha sido tan absoluta.

La apertura de nuevos museos y las exposiciones temporales nos han traído obras de artistas que ni soñábamos ver por estos lares como Gauguin, Sorolla o Modigliani.

Como consuelo a quienes aguardan que la Aduana abra de una vez sus puertas –aunque sea con ese falso tejado que supera con creces la altura del primitivo y desgracia las vistas desde la Alcazaba– los amantes del arte pueden darse estos días una vuelta por el Museo del Patrimonio. No quedarán defraudados porque hasta pasadas las Navidades (el 11 de enero), acoge la exposición Maestros del Barroco en la colección Cajasol, que por otro lado conmemora los diez años de los compañeros del diario El Mundo en Málaga.

Y pese a que el gran museo de Málaga deberá esperar hasta finales de 2015 para la ansiada inauguración, si es que no hay más retrasos, el Mupam nos ofrece, para que no lo echemos mucho de menos, cuadros de los grandes pintores del Barroco español y tapices flamencos de los que dejan una grata impresión.

Si en alimentación y en Historia se habla de la triada mediterránea (olivo, vino, cereal), en pintura barroca tuvimos una auténtica selección española o más bien andaluza y las principales estrellas, salvo Velázquez, están presentes en esta muestra. Hablamos nada menos que de Zurbarán, Murillo, Valdés Leal y Alonso Cano.

Del primero de ellos, Zurbarán, un extremeño formado en Sevilla, hay una obra llena de encanto, San Pedro Nolasco asistido por dos ángeles, que narra el momento en el que el anciano fraile, ante la imposibilidad de moverse por su convento y acudir al coro a rezar con sus compañeros, recibe la visita de dos ángeles que le transportan hasta el coro. Lo mejor del cuadro es el ángel que mira al espectador y los ropajes que luce y que parecen salirse del cuadro.

Y hablando de telas, en Visión de San Antonio de Padua, de Murillo, la Virgen sostiene una gasa entre las manos que más bien es un puro sueño, igual que esas manos tan delicadas.

Los amantes de los pequeños detalles no deben perderse una obra anónima datada hacia 1660, una Vista de Triana desde el Arenal. Mucho más apasionante que los edificios y los monumentos es el trasiego de personajes por el cuadro: caballeros, damas en carruaje, vendedores, truhanes, vaqueros, mozos de carga… un patio de Monipodio asomado al Guadalquivir.

Y para rematar, los tapices flamencos. Imaginemos estas obras con el colorido original, difuminado por el paso de los siglos. El tapiz sobre la generosa Ester, en muy buen estado de conversación, nos da una idea de todo ese esplendor perdido.

Una respuesta a «La selección española artística, en el Mopam»

  1. Ojalá podamos tener nuestro Prado malagueño, porque hay obras más que suficientes para mostrar al visitante y creo que se está perdiendo mucho tiempo.

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