Abandonado de la mano de la administración central vegeta en el Paseo de la Farola desde hace años el vergonzoso cascajo del Gobierno Militar
Mucho antes de que Málaga cometiera uno de los grandes errores urbanísticos de su historia, la construcción de la Gran Muralla Inmobiliaria de La Malagueta, un enjambre de pisos en el peor sitio posible –al menos para los malagueños que no disfrutan de sus vistas– a finales de los años 40 el arquitecto madrileño José Joaquín González Edo redactó un plan urbanístico para Málaga bastante contenido, que ideó para el Paseo de la Farola una especie de avenida de edificios oficiales, como ya ocurría con la avenida de Cervantes, con Correos, el Banco de España y el Ayuntamiento.
El plan urbanístico de González Edo fue anulado en 1964 por el Tribunal Supremo, lo que abrió la veda al urbanismo malaguita salvaje.
Sin embargo, sí dio tiempo para que el Paseo de al Farola se convirtiese en una segunda avenida institucional, aunque en una versión más modesta de lo que al principio se pensaba, pues en el Paseo de la Farola iban a ir a parar la Diputación y el Gobierno Civil.
En cualquier caso, además de la Jefatura de Obras Públicas, realizada a finales de los 40 por el propio González Edo, todavía se levanta en el paseo la preciosa Comandancia de Marina, que es anterior –del año 34– así como el Gobierno Militar, edificado en 1958.
Este último edificio, pese a su finalidad original, no está ni mucho menos para pasar revista. Es más, nos encontramos con uno de los casos más vergonzosos de deterioro de un edificio público y está claro que la administración central está pensando en las musarañas, en lugar de buscar una solución para el inmueble.
En nuestros días nos encontramos con la paradoja de que esta zona de Málaga se ha convertido por fin en un atractivo turístico, gracias al Muelle Uno, el Palmeral de las Sorpresas y a los también muy recomendables jardines del remodelado paseo de la Farola. Y si embargo, los paseantes y visitantes se topan con el antiguo Gobierno Militar hecho unos zorros.
La imagen que exhibe es totalmente impropia y bien puede ir de la mano con el edificio de Correos de la avenida de Andalucía, este último en manos de la Junta.
Sobrio pero al mismo tiempo con inesperados arcos, el Gobierno militar parecería la casa de un indiano si no fuera por el cuerpo central con un enorme escudo que ya ha sido arrancado.
Las ventanas que no tienen las persianas desvencijadas han sido apedreadas. En el patio se amontonan las hojas secas y algunos cascotes (todo hay que decir que hay también bolsas con lo que parecen más cascotes). Y en el ficus del patio, algún bromista ha puesto el motor (roto) de un extractor de aire. El Ayuntamiento elucubró en 2010 con que el Gobierno Militar fuera la sede del Museo Marítimo de Málaga. Los vecinos de la Malagueta llevan años pidiendo que sea un centro social. Y ahí lo tenemos. Ahí que pasen los años. Nadie mueve un dedo.